Básicos. En la imagen se observan algunos productos básicos, como el caso de la leche y el huevo que han registrado alzas de hasta 27 por ciento.
- En lo que va del año subieron de precio productos básicos como el huevo -hasta 27 por ciento-, la leche pasteurizada -25 por ciento- y algunos frutos hasta un 45 por ciento, pero la inflación oficial nacional en enero fue de sólo 0.38 por ciento. ¿Cómo? ¿No debería ser más?
La explicación está en los productos que se consideran para calcular este indicador y su peso dentro de la llamada canasta básica y, sobre todo, los que hasta ahora tienen precio controlado o regulado por las autoridades.
Productos y servicios como la gasolina, telefonía y recientemente la energía eléctrica, han jugado a favor de un reducido índice de inflación que en 2015 cerró en 2.13 por ciento anual.
Se conoce como inflación al aumento generalizado en el precio de bienes y productos que se comercializan en un país o región.
El Índice de Precios al Consumidor se determina bajo un cálculo de estándar internacional, pero la canasta básica considerada -con productos específicos- varía entre países, incluso, entre ciudades, dependiendo de los bienes y servicios representativos del consumo de la nación o población a evaluar.
Para calcularlo en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) toma una muestra de 238 productos distintos -incluidos alimentos, servicios, combustibles, vestido, entretenimiento y transporte entre otros- y cotiza alrededor de 170 mil precios de manera mensual.
El incremento o la disminución en el precio de estos productos se ve reflejado en el Índice Nacional de Precios al Consumidor, sin embargo, debido a la métrica que se aplica de manera internacional, no todos los productos de la canasta básica tienen la misma ponderación en el índice global de inflación, explicó el experto en economía y catedrático del ITESO, Ignacio Román Morales.
Por ejemplo, mientras la gasolina pesa 11 por ciento en el índice inflacionario, la leche pasteurizada representa únicamente el 1.42 por ciento... y las gasolinas bajaron en enero hasta 40 centavos por litro.
Esto ha generado que los niveles "mínimos histórico de inflación" en México no reflejen la disminución en el poder adquisitivo de las personas derivado del aumento generalizado de precios, refirió Román Morales.
"El problema está esencialmente en que no todos los productos aumentan en la misma medida ni a la misma velocidad (...) ¿por qué nos dicen que la inflación es baja ahorita?, porque ya no hubo gasolinazos (este año), y porque bajaron de precio las gasolinas en 2016, poquito, pero como el peso que tiene el producto es tan elevado, el impacto (en el índice inflacionario a la baja) se vuelve muy fuerte", señaló.
De acuerdo con el académico, deberían usarse más índices más específicos.
"Cada vez nos dice menos hablar de la inflación y cada vez más, yo creo, tendríamos que hablar de las inflaciones en plural, porque hay muchas canastas diferentes.
"El Índice de Precios al Consumidor es un promedio, como promedio es correcto, pero eso no nos dice nada sobre nadie en lo particular, por eso necesitamos tener cientos de índices, por eso cada vez menos podemos hablar de inflación y cada vez más tenemos que hablar de inflaciones en plural, por ejemplo la canasta básica, la de ciudad, la del productor", añadió.
El experto en Economía señaló que la inflación se vuelve un problema para el ciudadano común cuando sus ingresos no aumentan en la misma proporción de la inflación real, de "su" canasta básica.
"El problema de la inflación es: lo que menos sube es el ingreso de la gente, salarios, sueldos, jornales; el problema de la inflación, por lo tanto, no es el aumento de precio, es la pérdida de poder adquisitivo, es decir que cada vez podamos comprar menos," explicó.
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