Una jugada en la que el árbitro Marco Ortiz no dudó en pitar como penal fue la que desembocó en el empate para los Guerreros.
Agustín Marchesín ataja tiros de alta categoría y se gana a la afición con cada actuación. El portero santista se enfrentó a su competencia directa por un lugar en la selección albiceleste: Nahuel Guzmán.
Nicolás Navarro le daba fuertes indicaciones a Marchesín. El exentrenador de porteros de la Selección Mexicana se puso enfrente del argentino y empezó a mover las manos desesperadamente; ambos sabían que el encuentro contra los Tigres era crucial para meterse de lleno a la fiesta grande.
Por otro lado, Guzmán es el portero que se gana el corazón de los aficionados tigres, pero a los que también pone de nervios con sus temerarias actuaciones. El "Patón" pisó la cancha del Corona entre abucheos de los hinchas laguneros.
Los gritos hacia el "Patón" quedaron de lado cuando Marchesín y Guzmán se dieron un amistoso abrazo. Entablaron una plática donde ambos reían, demostrando que entre ellos no hay tensión por las comparaciones que hay a la hora de ser seleccionados por Gerardo "Tata" Martino.
En el campo todo es diferente, ambos cancerberos se fueron a sus metas a demostrar el por qué son llamados continuamente a la albiceleste. Marchesín, vistiendo su jersey blanco y negro acaparaba los aplausos y las ovaciones. Guzmán era la contracara, era el más abucheado de los Tigres; su sobriedad encendía a los laguneros.
Guzmán caía en angustia, fue el principal espectador del grandioso pase de Néstor Calderón a Bryan Rabello, quien anotó de una manera estupenda y provocó el grito de gol en las gargantas de los aficionados.
Nahuel sólo se agachaba, sorprendido ante tal situación, donde todo parecía inclinarse para los Tigres. A Rabello y al Santos le bastaron solamente un tiro para concretar el primero de la noche.
No obstante, el cancerbero santista salió imparable, pareciera que aquel error contra el América lo fortaleció para acrecentar su nivel. Los cuatro tiros a gol que realizó Tigres en el primer tiempo eran bien salvados por Marchesín; la gente se le rendía cada vez que tocaba la bola.
"Marche" era sin duda alguna el héroe de la noche, sus atajadas habían ayudado a conservar el cero en su marco. Hasta que el defensa de Tigres, Juninho, tuvo que salir a anotar el gol que le daba confianza a los felinos.
Agustín Marchesín probó la adversidad por momentos, su actuación era impecable, pero la anotación del brasileño vino a bajar los ánimos en los Guerreros. El argentino sólo se puso las manos en la cadera y observó la celebración de los auriazules.
El juego era para Tigres, el gol despertó los ánimos y los santistas dejaron de llegar al arco de Nahuel Guzmán, hasta que una mano en el área dio como consecuencia un penalti que Néstor Calderón cobró correctamente. Guzmán volteaba a las tribunas donde toda la gente lo abucheaba y celebraba a la vez la anotación de los Guerreros.
Nahuel ni los Tigres son bienvenidos, la afición le dejó un mensaje al "Tata" Martino sobre quién es su arquero favorito más allá de favoritismos del técnico argentino.