Caos. Una escena de caos se vive actualmente en la regiones haitianas por donde pasó el huracán 'Matthew'. (EFE)
Los habitantes de las ciudades de Haití más castigadas por el huracán "Matthew" se concentran en recomponer sus casas, sus negocios y sus vidas a la espera de que, tres días después del desastre causado por el ciclón, llegue la ansiada ayuda humanitaria.
Mientras esperan comida, bebida, medicinas y materiales para reparar los muchos desperfectos en las casas, los habitantes de Les Cayes, en el suroeste, tratan de seguir con su día a día después del azote del huracán, que se ensañó especialmente con esta ciudad de unos 85,000 habitantes.
De esta y otras poblaciones del Departamento Sur son la mayoría de las más víctimas mortales, que se cuentan por centenares.
Pero es mucha la tarea que se le presenta a esta gente aparte de llorar a sus muertos.
Las mujeres aprovechan las lagunas que formó el fenómeno para lavar la ropa y, por todas partes, ya sea colgadas de los guarda raíles de las carreteras, en las ramas de los árboles, sobre los propios escombros e, incluso, sobre lápidas de tumbas, hay infinidad de prendas secándose al sol.
Un sol que ha vuelto, implacable, al cielo haitiano y que, si bien tiene un lado amable, también contribuye a la descomposición de las montañas de materia orgánica acumulada, que comienza a despedir un intenso un olor a podredumbre.
La playa de Gelee es un ejemplo perfecto de lo que supone el paso de un huracán de categoría 4 por una zona vulnerable y pobre; es la estampa misma de la desolación en un lugar que hace solo cuatro días era un paraíso natural.
Entre los despojos y la basura se pasean cabras, cerdos, gallinas y perros que, insensibles a la pestilencia, buscan algo de alimento.
Como muchas personas, tienen hambre, aunque en los mercados de la calle no falta la comida, y no se percibe desabastecimiento en las tiendas.
Mientras las mujeres se dedican a lavar, los hombres reparan viviendas con lo que pueden, principalmente los tejados. Parte de la ayuda que empieza a llegar son planchas de zinc que proporcionarán un techo a quienes vieron cómo "Matthew" se lo llevó volando.
Eso es lo que pueden hacer por sus propios medios, pequeños trabajos y limpieza básica de casa y enseres, pero para retirar los árboles y escombros más pesados necesitarán de maquinaria que, de momento, no está disponible.
Los caminos, ya de por sí complicados en circunstancias normales, son casi intransitables por la cantidad de obstáculos, y resulta sorprendente encontrar una feria de ganado en la ruta pedregosa que va desde Les Cayes a la ciudad de Chantale.
SOLICITAN APOYO DE MÉXICO
El embajador de Haití en México, Guy Lamothe, pidió al gobierno y al pueblo de México su solidaridad para apoyar a su nación, afectada por el huracán "Matthew" y que de acuerdo con cifras preliminares causó más de 800 muertes y 600 mil damnificados.
El diplomático dijo que los tres principales puentes de ese país colapsaron, en tanto que al menos nueve ciudades fueron arrasadas por el caudal de los ríos lo que destruyó escuelas, viviendas y edificios públicos.
Alcanza la ciudad más antigua de EU
El huracán "Matthew" dejó ayer en el centro de Florida un paisaje de árboles, postes y señales caídos, casas con tejados rotos y también daños aún incalculables en San Agustín, la ciudad más antigua de EU, fundada en 1565 por el español Pedro Menéndez de Avilés. A lo largo de la costa este floridana, en un recorrido hacia el norte desde Miami, se pudo constatar los efectos de "Matthew" en EU, que, no obstante, son mínimos si se comparan con la catástrofe que provocó en Haití, donde murieron 820 personas, según las últimas cifras oficiales.
Apenas unos pocos vehículos transitaban, entre ellos algunos oficiales para socorrer a viajeros varados o para despejar las vías de los árboles o escombros caídos.
En Fort Pierce, donde el huracán llegó en plena madrugada, los vecinos se congratulaban de haber esquivado el peligro, como el mexicano Sergio Ramírez, que vive, junto a dos compatriotas más, en un parque de endebles casas móviles.