Ganador. El escritor español Eduardo Mendoza dijo sobre su Premio Cervantes 2016 que 'es un final de trayecto feliz'.
EL SIGLO DE TORREóN
El escritor español Eduardo Mendoza afirmó que el Premio Cervantes 2016, que le fue concedido ayer, es "un final de trayecto feliz", aunque matizó que "eso no quiere decir que no vaya a hacer nada más".
Así lo señaló Mendoza durante la rueda de prensa celebrada en el Instituto Cervantes de Londres, ciudad en la que reside y donde le sorprendió la noticia del premio "andando por la calle".
A sus 73 años y con 15 novelas, dos libros de relatos, dos obras de teatro y cuatro ensayos en su haber, Mendoza se hizo con el "Nobel" de las letras en español, lo que valoró, por "su importancia" y por "el momento en el que llega", como un "fin de ciclo".
El escritor explicó que la buena acogida que tuvo su primera novela "La verdad sobre el caso Savolta", que se hizo con el Premio de la Crítica en 1976, le "cargó de responsabilidades".
"He vivido cincuenta años pensando que todas las esperanzas que se depositaron en mí iban a quedar frustradas, pero, ahora, al recibir este premio, veo que las cosas han salido más o menos bien", apuntó.
El barcelonés quiso aclarar que no reside en la capital británica por la situación política de Cataluña, donde aseguró que nunca ha tenido "ningún problema ni personal ni oficial", sino porque considera Londres su "refugio".
También subrayó que no cree que sea "una rareza" el hecho de ser catalán y escribir en castellano: "Si tuvieran que darle un premio a todos los catalanes que escriben en español se agotaría el presupuesto del Ministerio de Cultura", opinó en clave de humor.
Cortesía