- Si tus hijos aún son pequeños: No dudes en revisar los registros del chat, correo, o perfiles para detectar cual es el contenido al que esta expuesto; y procura ser transparente y contarle lo que estás haciendo.
Todo puede comenzar de forma muy inocente, tal vez con un ¿qué haces?, que gracias a la tecnología con la que ahora contamos en los smarthphones o teléfonos inteligentes, se puede ilustrar con una fotografía de forma inmediata. Este contenido, al momento de ser enviado deja de ser de nuestra propiedad y entra a la red de la que difícilmente podrá ser eliminado.
Tal vez pensemos que no existe ningún riesgo, pero ¿cómo saber realmente que nos compromete?
La psicóloga y terapeuta infantil Valeria Muñoz nos habló del “sexting” y como es que cada vez se hace más común la práctica de esta actividad, especialmente en los jóvenes.
Una travesura peligrosa
El “sexting” consiste en la acción de enviar mensajes de texto o fotografías con contenido sexual. Según una investigación realizada por la Agencia Informativa de la Universidad de Monterrey (UDEM) en el 2013, uno de cada cinco jóvenes mexicanos enviaba fotos personales a través de sus celulares.
Esta actividad ha mostrado un aumento paulatino desde el año 2012, de acuerdo a un estudio realizado por el Pew Research Center, que reveló un incremento del 3 por ciento para el 2014.
“El sexting como tal, se ha formulado para poder determinar o denominar lo que está sucediendo, una moda que se impuso más o menos alrededor del 2005, pero en los Estados Unidos”, comenta la especialista.
No obstante, en la opinión de la psicóloga Valeria Muñoz, actualmente la actividad parece estarse agravando en México, al grado de convertirse en una práctica cotidiana de los jóvenes, que no alcanzan a comprender que todo lo que envían por su celular no es privado.
“Al grabar o tomar una fotografía y enviarla, pierden todo control sobre dichos archivos y estos pueden ser subidos y compartidos en la red, en lo que se puede convertir en un círculo de acoso para el afectado”, agrega la especialista.
Es así, que el riesgo principal con el intercambio de fotografías o videos con contenido sexual, es la pérdida de control que se tiene sobre el material.
Los usuarios frecuentes
La práctica del “sexting” no distingue edades, sin embargo los jóvenes o “millennials” son los que muestran mayor interés por dicha actividad, así lo demuestra una encuesta sobre la frecuencia del “sexting” realizada por la escuela de psicología de la Universidad de Utah en Estados Unidos.
De acuerdo a la psicóloga Valeria Muñoz, los jóvenes son los usuarios más frecuentes de esta practica, debido a que son los que se encuentran más inmersos en la tecnología. “Es la generación más tecnológica, quienes han sufrido todos estos cambios o evoluciones que ha tenido tanto la computadora como el teléfono celular”.
Alrededor del 20 por ciento de los 11 mil encuestados de entre 18 y 22 años, aceptó haber participado en el intercambio de este tipo de mensajes en el último año.
Esta inclinación también puede estar explicada con el progreso que han tenido las redes sociales en los últimos años y la aparición de nuevas plataformas que facilitan el flujo de este tipo de mensajes.
Un ejemplo muy claro es “Snapchat”, una aplicación en la que se pueden enviar mensajes en video o fotografías que se borran 10 segundos después de haberse enviado y notifican en caso de que la persona haga una captura de pantalla del contenido.
Otras aplicaciones que se usan con frecuencia para estos fines son “Kik” y “Line”, además de las enfocadas para citas como Tinder.
Las aplicaciones han servido en su objetivo de acercar a los que se encuentran lejos o en el extranjero, pero lo cierto es que su uso se ha diversificado. “Se ha perdido un poco el contexto para el cual se inventaron las aplicaciones, precisamente nos hemos ido en un camino más fácil, en el sentido de que no hay conciencia de lo que se comparte”, puntualiza la psicóloga Valeria Muñoz.
Ante esta situación, ya resulta habitual encontrarnos con nuevos desarrolladores de aplicaciones que intentan ofrecer a su público una opción más segura para el intercambio de dichos contenidos.
Tigertext es una plataforma de mensajería parecida al Whatsapp, la única diferencia es que esta se encuentra “blindada”. Las fotos, los videos e inclusive los textos que se envíen, son inmediatamente cifrados, de tal manera que solo se pueden ver con la aplicación. También cuenta con la opción de programar el eliminado de los mensajes después de cierto tiempo.
Poke, Wickr y Text Fortress son otras aplicaciones que trabajan de forma similar, intentando proteger a toda costa el contenido, pero a pesar de todos estos esfuerzos, ¿quién te protege del ya temido “screenshot” o captura de pantalla?
El peligro latente
Como se mencionaba anteriormente, uno de los principales riesgos consiste en la perder el control sobre las fotografías, videos o textos que se están enviando, sin embargo, esta acción tiene una serie de consecuencias que pueden afectar gravemente la integridad del que ha enviado el contenido.
Hay ocasiones en que los propios jóvenes son los que suben el material en sus perfiles, y eso los hace objetivos de los llamados “cazadores”; personas que están dentro de las redes sociales y se hacen pasar por adolescentes o jóvenes que buscan contactarlos con el objetivo de tener un encuentro.
“Ellos no saben realmente quien es la persona, entonces se arriesgan al hecho de que haya una trata de menores o lo que viene siendo la pornografía infantil”, advierte la psicóloga Valeria Muñoz.
En otros casos, el alcohol o las drogas son factores que promueven las relaciones sexuales; las cuales pueden terminar registradas en un video que peligra con ser subido en las redes sociales.
“Los jóvenes no se dan cuenta hasta que empiezan a ver el video circulando o hasta que sus propios compañeros les informan”, comenta la especialista.
Esta situación fuera de control afecta a la ahora victima y repercute directamente en su autoestima, ya que era algo que alguna vez fue parte de su intimidad o privacidad.
La presión social, los chantajes, los apodos y la intimidación a la que se enfrenten una vez que el contenido es publicado, es un choque emocional del que difícilmente pueden salir solos.
“Ha habido casos en Estados Unidos, en los cuales algunos jóvenes no soportaron la presión y se quitaron la vida. Precisamente esto es lo que puede pasar en nuestro país, porque es algo que se está dando en grandes cantidades y que los padres no se dan cuenta qué está pasando”, advierte la especialista.
Definiendo la intimidad
Según la psicóloga Valeria Muñoz, debido a la escasa conciencia que existe sobre las cosas que son privadas e íntimas, es necesario que los padres se acerquen a sus hijos y hablen sobre sexualidad. “No quiere decir que tengan que explicar qué tienen que hacer, sino referirnos a las cosas que son privadas, y que no deben de ser presionados por nadie para realizar acciones como grabar un video o tomarse fotos”, aclara la especialista.
En caso de que se tenga un joven en casa que esté pasando por situaciones de cyberbullying o bullying, en primera instancia es recomendable que los padres hablen con ellos, sin llegar a reprenderlos. Esto con el propósito de examinar que tanto les está afectando la situación.
Si el joven presenta retraimiento social, enojo, poca tolerancia a la frustración, actitud ausente, inconformidad, soledad, tristeza y llanto, es momento de actuar. Los jóvenes no presentan una depresión tal y como la conocemos, ellos se expresan a través del enojo o el mal humor.
“Los padres deben de tomar temas que hablen sobre el buen uso del teléfono o de las computadoras, que sepan que pueden prevenir esa parte”, recomienda la especialista.
De igual forma, es necesario buscar ayuda profesional y terapéutica para poder sobrellevar todo el suceso y lo que le falta por vivir al joven, ya que la agresión emocional puede continuar por mucho más tiempo.
En la actualidad los más pequeños son especialistas en el uso de las nuevas tecnologías, este hecho los hace aún más vulnerables a comenzar la práctica del sexting en edades tempranas; lo cual sigue representando un factor de riesgo para el inicio prematuro de la actividad sexual.
ENTRA AL TERRENO DE JUEGO
De acuerdo a la Academia Americana de Pediatras, es inevitable que los adolescentes y preadolescentes se conecten entre sí por medio de la tecnología digital, especialmente ahora que existen las plataformas que facilitan aún más el flujo de información.
Por consecuente, es de vital importancia que los padres tomen partido de las actividades que sus hijos realizan en la red y aconsejan las siguientes acciones para prevenir los efectos negativos de su uso.
-Aprende a usar las redes: Según la Academia Americana de Pediatras, no existe mejor manera de supervisar a un hijo(a), que teniendo su propio perfil, el cual le permitirá controlar desde cerca que es lo que publican tus hijos.
- Muestra interés: Se aconseja motivar la conversación acerca del uso de las redes sociales para conocer los hábitos que tienen los hijos. Se pueden hacer preguntas como: ¿has usado el la computadora o el internet hoy?, ¿qué escribiste en Facebook hoy?, ¿alguien te envío un mensaje hoy?, entre otras.
- Ubica la computadora en un lugar público: De esta forma sabrás en que momento se hace uso de ella y sobre todo para qué es utilizada.
- Habla con ellos: Este es uno de los consejos más sencillos pero difíciles de llevar a la practica. Habla con tus hijos, cualquiera que sea su edad, sobre la correcta toma de decisiones y como estas pueden tener una repercusión en su vida. Decirle las posibles consecuencias de enviar mensajes con contenido sexual puede ayudarles a entender porque pones tanto cuidado en su protección.
-Asegúrate de conocer la plataforma que utiliza: Sea cual sea la red social que utiliza tu hijo(a), asegúrate de conocer al menos su funciones básicas y las de privacidad, así podrás ayudarlo a proteger su perfil de posibles filtraciones.
- Hazte presente: Demostrarles a tus hijos que tu también estás en sus redes sociales puede servir como estimulo para que estos tengan un mayor control sobre los contenidos que comparten.
-Considera los sistemas de supe visión: No dudes en hacer uso de los sistemas de supervisión formales que te ofrece ya sea tu servicio de internet o algunos sitios como Google Desktop. Serán la herramienta ideal para comenzar a supervisar la actividad de tus pequeños.
-Controla su uso: Así como los videojuegos y otras actividades de esparcimiento, el uso de las redes sociales y el internet debe moderarse. Establece un tiempo limite y asegúrate de que no se presenten signos como la omisión de alimentos, pérdida de peso o desinterés por las actividades escolares; debido a que estas pueden ser claras señales de un problema de adicción a los medios sociales o al internet.