Sus voces. Además de la literatura, Glenda Merari Lugo Ocaña tiene contacto con la música y la medicina, profesión a la cual dedica su vida.
YOHAN URIBE
El Siglo de Torreón
Con el poemario "Signos vitales", firmado bajo el seudónimo Balvanera Índigo, la joven escritora Glenda Merari Lugo Ocaña, originaria de Hermosillo, Sonora, resultó ganadora del Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa 2016, del Instituto Municipal de Cultura y Educación, la Secretaría de Cultura de Coahuila y el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Tras conocer la noticia, la escritora sonorense, dijo en entrevista con El Siglo de Torreón, que con este premio culmina un proceso creativo de dos años, que iniciaron justo con el arranque del poemario "Signos vitales", que es reconocido.
"Para mí este poemario significó un proceso en el cual reflexiono sobre un tema que me llama mucho la atención, la vulnerabilidad humana, por mi profesión como médica, vivo en contacto con una de las tantas formas en las que el ser humano está vulnerable", explicó la ganadora del Premio Enriqueta Ochoa 2016.
Haciendo una pausa en el agitado camino de la medicina, Merari Lugo, explica que este poemario nació entre las guardias de pregrado, en los momentos en los que de repente hacía conexión con algún paciente.
"En el proceso de construcción del poemario, cerca de dos años, hubo momentos dolorosos, porque creo que en este proceso creativo incluyo apropiarme desde el lado médico, del duelo, la enfermedad y el dolor de esas personas con las que entablaba alguna conexión".
Un premio, que explica la propia autora, tiene un significado importante por llevar el nombre de una gran escritora mexicana, y también porque al ser mujer ha tenido que vivir de cerca la discriminación no sólo en la literatura sino también en el gremio de la medicina.
"Es admirable que Enriqueta haya dejado un legado tan fuerte en la literatura mexicana y que no simplemente sea por el hecho de ser mujer, sino por ser ella, más allá de la barrera del género, es un legado cuando en su época ser mujer era una barrera, me da mucha satisfacción que este poemario vaya envuelto con el nombre de la escritora lagunera".
Para la cirujana, la poesía y la medicina fluyen con gran cadencia, dice no creer en una división entre la ciencia y el arte, cree que en muchos puntos convergen, porque a fin de cuentas todo pasa por el mismo filtro.
"Me gustan mucho las neurociencias, y en este poemario hay algunos visos de neuroestética, a lo mejor no se ven de manera transparente, pero sí de una manera implícita. No puedo decir que ha sido un aspecto fácil, en el plano emocional, pero creo que las cosas se dieron para que en mi camino convergieran dos disciplinas, que hay que trabajar con cierta sensibilidad y eso se traduce en frutos como este poemario".
Un premio que vuelve a una voz del norte, que reivindica la fuerza de la literatura de esta parte del país.
"Mi formación ha estado acá en el noreste del país, tengo la fortuna de conocer a varios de los poetas de la generación y convivir con ellos. El que me ayudó mucho a proyectar lo que quería decir fue Iván Trejo, estoy en un taller con él, y crecí con la voces del noreste".
Cortesía
Sobre la ganadora
Glenda Merari Lugo Ocaña es poeta, músico y médico cirujano. Obtuvo el segundo y tercer lugar en el Certamen de Literatura Joven Universitaria 2013. Poemas suyos han sido publicados en diversos medios impresos y electrónicos, entre los que destacan Círculo de Poesía, El Humo y Kátharsis XXI. Además, ha sido incluida en las antologías Los árboles arrancan su cuerpo de la sombra (Bitácora de Vuelos, 2015), Zaragoza arde la TV (UANL, 2016) y Espasmo: Muestra de poesía joven regiomontana (UANL, 2016).
