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MERCADO DE DIVISAS: SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES

JULIO A. MILLÁN

En el presente año, el dólar estadounidense se ha fortalecido frente a otras monedas generando efectos tanto favorables y desfavorables para las economías que tienen intercambio comercial y financiero con esta divisa, en especial las emergentes.

El dólar es un activo de refugio para inversionistas (y especuladores), cualquier incidente geopolítico (ensayos nucleares en Corea del Norte), político (encuestas electorales) o económico (precios del petróleo), fortalece la divisa por una mayor demanda. Según el Banco Internacional de Pagos (BIS), el dólar se ha apreciado este año cerca del 17% frente a una canasta de monedas, entre las que destaca el peso mexicano.

De acuerdo al BIS, la deuda denominada en dólares de las empresas no bancarias fuera de Estados Unidos asciende a 9.7 billones (trillions), de esta forma las variaciones del dólar tiene repercusiones en el sistema financiero y en la economía global. Por ello, la política monetaria de Estados Unidos es sumamente importante en el planteamiento de las condiciones financieras mundiales. Previo a cada reunión de la Fed para decidir su nivel de tasas, se eleva la volatilidad en el mercado cambiario.

La moneda mexicana ha sido de las más afectadas, en lo que va del año observa una depreciación acumulada de 18.89% y recientemente el dólar rebasó los 20 pesos por unidad. El peso se encuentra entre las divisas más débiles a nivel mundial, sólo superada por la depreciación de 68.05% del rubro de Bielorrusia, la debilidad del peso argentino y el bolívar venezolano. Mención especial merece la libra esterlina que luego de las aprobación del Brexit muestra un retroceso importante y muestra una baja anual de 18.29 % frente al dólar.

Además también existen factores económicos y políticos que afectan el nivel del dólar. La debilidad de las finanzas públicas en México por la caída en los precios del petróleo y la menor plataforma de producción, el incremento de la deuda pública (48.5 % para 2016) y el bajo coeficiente de ingresos tributarios como porcentaje del PIB contribuyen a la fortaleza del dólar frente al peso.

Por otro lado, desde que la Fed disminuyó la tasa de interés a niveles ínfimos como medida para incentivar la economía por la crisis financiera internacional, el peso se convirtió en refugio de especuladores, incrementado la tenencia de valores públicos y privados. Así, entre 2010 y 2015, la inversión del capital golondrino en valores gubernamentales se incrementó 154.5 %.

Este fenómeno es importante porque nos ha hecho vulnerables a la veleidad de la especulación internacional que está a la expectativa para abandonar el país en cuanto mejoren las condiciones en EU; En la primera mitad del año se registra ya una baja de 15.8% en la tenencia de valores en manos de extranjeros. Cabe destacar, las recientes advertencias de las calificadoras financieras de reducir la calificación de la deuda soberana si no se revierte la tendencia creciente de la deuda.

Entre los factores políticos, el peso se ha visto afectado por el proceso en las elecciones en EU y las posturas encontradas respecto a la relación futura con México.

Un dólar más caro afecta directamente a las empresas con pasivos en esa divisa y en el propio servicio de la deuda externa y hay un traslado el sector real. Los importadores pagan más en cada compra del exterior y se tienen efectos negativos en el balance externo. El déficit en la cuenta corriente en México pasó de 1.4% del PIB en 2014, a 2.8% en 2015 y se estima que este 2016 alcance 3.2%. Ante el alto contenido importado de las manufacturas, en especial las que se exportan; un dólar caro repercute no sólo en el precio de los insumos, también en los precios de los bienes finales y por ende en la inflación.

En este contexto, es importante que las autoridades hacendarias y monetarias instrumenten políticas proactivas, oportunas y efectivas para mantener un valor congruente del dólar. Los recortes en el gasto que se han aplicado, así como la reducción del déficit público son una señal positiva, empero se requiere mayor eficiencia en el gasto y que los ajustes sean orientados a reducir gasto corriente y no a limitar el gasto de inversión.

Esta semana la Junta de Gobierno del Banco de México tendrá su reunión, y se espera un incremento en las tasas locales en al menos 50 puntos base. Se ha dicho, recurrentemente, que sólo lo harán si se perciben presiones inflacionarias; recordemos que en la primera quincena de septiembre los precios registraron el mayor crecimiento para el mismo período desde 2007 y la mayor inflación anualizada desde febrero de este año.

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