— Albert Einstein
Enfrascados en buscar ¿Qué es el Universo?, los físicos teóricos han presentado diversas hipótesis, una de las cuales utilizo en esta ocasión para entender, en ínfima parte, la política mexicana.
Multiverso: término utilizado para definir múltiples universos existentes en uno solo. Según teorías varias existen universos diferentes del nuestro propio, en este caso, el multiverso comprende todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y del tiempo, así como todas las formas de materia, energía y movimiento, siendo más las leyes de la mecánica cuántica que las de la física clásica de Newton quienes lo gobiernan: En este multiverso existen más de las cuatro dimensiones conocidas; para algunos, posee hasta once dimensiones.
Se supone que las distancias entre universos son tan infinitas que no se alcanzan entre sí, ni aun viajando a la velocidad de la luz; aunque en ocasiones muy contadas, pueden esas dimensiones chocar y crear situaciones especiales, algunos creen que el famoso big bang fue precisamente un encuentro de ese tipo; así pues, ocurren catástrofes y fenómenos que afectan a dichas realidades, pero casi siempre se mantiene una calma plena.
Nuestros políticos mexicanos han adoptado y llevado a la realidad nacional y regional esta visión, no son capaces de ver y menos aún, quieren que veamos, lo que ocurre en nuestro universo mexicano y justifican con explicaciones inaceptables los fenómenos reales que hoy vivimos.
En 2016, coexisten un México, un Coahuila y una Comarca Lagunera, justo como un multiverso: Las autoridades de cualquier nivel viviendo en una dimensión y el pueblo en otras muy diversas. Ya modernizada la teoría de los varios Méxicos, ahora las realidades tiene diferencias graves, según el acelerador de partículas que se utilice.
Ejemplos: 3% reducción gasolina, cuando en Estados Unidos la misma nuestra se vende a 7 pesos el litro, y aquí, al doble; ello a pesar de ser nosotros los "dueños" del petróleo. Así, las famosas reformas estructurales que tanto se presumen como causa de una movilidad nacional; en el extranjero nadie las ve y, solamente, por educación, se responden con sonrisas sardónicas; pero al Interior del país debemos tragárnoslas en frío, no han sido capaces de alternar la mísera existencia de millones de mexicanos, quienes son despreciados impunemente, salvo en épocas electorales. En los tres últimos años, se ha comprobado que cuando Pemex estornuda, el presupuesto federal sufre convulsiones y la economía mexicana entra en catarsis; pero lo más trascendente es que la corrupción de la empresa ya la llevó a la bancarrota y el único camino, en ese otro universo alterno, es deshacerse de ella y que deje de estar siendo sacada a flote con recursos que deberían utilizarse en otro campo; justo esos es lo que el salinato II quiere que creamos para que así aplaudamos su venta. Definitivamente México si se está moviendo, pero cuidado ya estamos al borde del abismo, si no es que ya vamos en franca caída libre.
Otro universo alterno es la megadeuda que soportamos su terrible peso todos los coahuilenses que no somos erarióvoros, esos 39,500 millones de pesos de los que se han pagado veinte mil de intereses y sigue el capital casi entero, habrá que seguir cubriéndolo por decenios; pero ese no es tema para los gobernantes; en su universo, eso no existe, pertenece a otra dimensión.
Más universos alternos son, el caso del Teleférico; en él se invertirán 100 millones más de lo que, según dicen, llegará etiquetado, la defensa y rápida ejecución de él resulta sospechosa, pero lo esencial es que, en nuestro fallido universo, diferente al de la autoridad, existen prioridades y carencias más importantes que un ornamento suntuoso e innecesario; la desesperación ocupa el alma de miles de torreonenses que carecen de agua potable; de pavimento y salud púbica. Tolerancia intolerante es jamás tener la mente abierta a otra opinión que no concuerde con la propia y menos aún si conlleva una crítica; endureciendo un necio criterio, generalmente mediocre.
Raquíticas pensiones a la inmensa mayoría de jubilados y fortunas a políticos; otra manifestación de universos no confluyentes, mientras hay quienes subsisten casi en la miseria, otros nadan en la abundancia, justo con el dinero de los sufridos trabajadores que no tienen futuro en su vejez.
Tristemente, esta teoría del multiverso se justifica bajo la premisa de que el universo sigue expandiéndose infinitamente, porque existe una energía oscura que lo mueve a ser cada vez más grande; igual en el universo político mexicano, la corrupción de los gobernantes y esa ambición insaciable que los posee, son la fuerza oscura que estimula la creciente perdición de México y su factor de aceleración es la impunidad potenciada por su soberbia; son ellos quienes provocan que la corrupción se expanda, y justifica que en su universo, lo importante sea poseer un avión fastuoso, inmenso, sultanesco, de proporciones similares a una casa blanca, en el que el presidente de un país pobre se pueda sentir valioso, suntuosidad que impida entender la carencia de principios éticos y sentimientos humanitarios; mientras que en ese otro universo paralelo subsisten sesenta y dos millones de seres humanos carentes de alimentos, vestimenta y habitación, debatiéndose en una incomprensión absoluta que les priva de salud y hasta esperanza.
Volviendo al universo peñista, dicen los funcionarios públicos, que están haciendo muy bien su papel, otra dimensión en relación a lo que ve, percibe, siente y vive el ciudadano común y corriente; recuerdo al Lic. Luis García Izaguirre cuando preguntaba a un alumno que había contestado incorrectamente un tema: ¿Estudio compañero? y al recibir la respuesta afirmativa, concluía: ¡¡¡Eso es lo que más me preocupa!!!
Pero en este multiverso existen los "Agujeros de gusano" un atajo de hipotéticas características en el espacio-tiempo; permite el tránsito de un universo a otro o de un tiempo a otro, según la teoría "Einstein-Rosen", matemáticamente puede comprobarse su existencia; pues bien, esta semana vivimos un agujero de gusano en el recibimiento al Papa en el hangar presidencial: un traslado de república a monarquía, cuando la primera dama mexicana hizo uso del "privilege du blanc", derecho excepcional que solamente está reservado a las reinas católicas y que consiste en vestirse de blanco en la recepción del pontífice.