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METÁFORA CIUDADANA

SÍNDICOS Y REGIDORES INDEPENDIENTES

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ALVAREZ

Cambiado mi casa; cambio al mundo.

Hacía el año 509 a.C. Roma acababa de liberarse de los etruscos y gozaba de libertad como ciudad; realmente una "macrolibertad" porque el pueblo, la "plebe romana" estaba hastiada del poder de los senadores que habían conformado un dominio absoluto; robaban del erario, explotaban a los pobladores considerándolos sólo útiles para las guerras. Los banqueros robaban sus propios bancos, y clamaban que el Senado y el pueblo los recapitalizarlos. Los jueces no castigaban los delitos y arreglaban todo con dinero e influencias.

Irritada la plebe se retiró al Monte Sacro para fundar una nueva ciudad y así librarse de todos los parásitos que la sangraban sin darle nada a cambio; a donde fueran vivirían mejor. Sicinio Beluto, representando la plebe aseveró que lo único que les daba Roma era agua, aire y tierra para sepultura. Y eso podían conseguirlo en cualquier parte sin vivir la opresión senatorial. Los patricios buscaron convencer a la plebe a trabajar juntos como lo hacen los órganos del cuerpo humano; tras varias discusiones se acordó regresar a Roma, pero la plebe puso fuertes condiciones y logró grandes beneficios:

Originalmente la república Romana era dirigida únicamente por el Senado compuesto por patricios que poseían todos los derechos. La inmensa mayoría del pueblo nada poseía. Anteriormente los plebeyos habían pedido leyes justas y los senadores las negaban rotundamente y ahí terminaba la lucha popular. Pero tras la huida al Monte Sacro, se constituyeron los Tribunos; plebeyos elegidos por los ciudadanos que conformaban un contrapoder popular opuesto a los patricios; con los años este cuerpo popular alcanzó hasta diez representantes. Esto significó el sacrificio de privilegios del Senado para aliviar la asfixia social; se entregaron tierras, y lo más importante: Los tribunos tenían derecho de veto a las decisiones del senado; dicho de otra manera, si el pueblo no quería que una obra se edificara, ésta no se construía o que se dictara una ley, esta no se promulgaba. Grande fue el poder del pueblo romano sobre sus gobernantes.

Ese cambio implicó la participación ciudadana en las decisiones gubernativas, ello se simboliza justamente en las letras que usted ve grabadas por toda la ciudad SPQR (Senado y Pueblo Romano). Entonces Roma inició su ascenso vertiginoso para convertirse en el imperio más grande de la humana historia; antes de que la ciudadanía fuera artífice de la nación, sólo se beneficiaban los políticos. El pueblo romano, sin utilizar la violencia logró un gran avance democrático y obligó a que la voluntad de muchos dominara sobre la soberbia y la necedad de pocos que querían, a toda costa, conservar sus privilegios.

Gracias a la increíble capacidad electiva del PRI, quien logra que hasta los muertos se levanten de sus tumbas para ir a elegir a sus candidatos, desde 1963 surgieron figuras de oposición dentro del gobierno, diputados, senadores y miembros de los ayuntamientos, algo así como una limosna, una mísera pagada por hacer el juego democrático y fingir que había elecciones.

Así los sátrapas priista exoneraban su conciencia tiránica y hasta adquirían indulgencias democráticas al permitir que la "prole" partidista, tuviese algunos de sus adeptos cobrando y porque no, hasta realizando algunos negocios típicos de los políticos mexicanos, como concesión en Punta Diamante y oportunidades para enriquecerse con actividades hasta de lavado de dinero; ¡al fin políticos todos!.

Actualmente las ciudades están administradas por un ayuntamiento, encabezado por un presidente que lo coordina y varios regidores y síndicos electos dentro de una planilla común. Todos ellos conforman la autoridad municipal y toman las decisiones de la urbe de manera colegiada; el llamado alcalde no tiene capacidad de decisión total; no es un ejecutivo ni único ni autónomo; su competencia es muy limitada legalmente, pero como el resto del cabildo son sus secuaces en las tranzas, entonces ellos le transmiten su autoridad y le dotan de todo el poder.

Existen regidores de oposición y en Coahuila, un síndico además; pero en la práctica se ha comprobado que muchos de estos entronizados por sus partidos en el ayuntamiento, son "farsantes opositores" y se suman a las decisiones del jerarca municipal, como pasa en Torreón en él que hay opositores más oficialistas que los mismos priistas. Por ello, las decisiones importantes las toma el presidente municipal, quien decide el futuro de la ciudad a su antojo y capricho. ¡Sólo él decide que se hace, se pone o se quita y ya!

La experiencia romana del siglo VI A.C. nos enseña que ciudadanos no partidistas deben conformar un importante freno a administraciones municipales en las que priva obstinación y mediocridad, además de una corrupción creciente en grado sumo que están destruyendo nuestras ciudades.

Ciudadanos honestos que decidan gastar el dinero del pueblo adecuadamente, invertirlo en prioridades como medicinas y equipo para hospitales populares; agua para colonias que carecen de ella; tubería y cárcamos de drenaje eficientes que impidan que las aguas negras inunden casas; no invertirlo en espectáculos ranflas que solamente entusiasman un rato y dejan una cruda de muchos meses sin agua, pavimento, luz, etc.

El síndico ciudadano deberá ser un experto en contabilidad y finanzas, electo por las organizaciones empresariales serias, las que buscan el bien social, no sus intereses gremiales; deberá rendir cuentas a la comunidad periódicamente con claridad, no como el tesorero que "amañeja" la contabilidad municipal queriéndonos hacer creer que ni con tres doctorados logrará alguien entenderla. Los regidores independientes, al menos cuatro, deberán ser designados por las organizaciones de la sociedad civil y ser miembros muy activos de las comisiones más importantes del cabildo. Para ser nombrados deberán ser expertos con alta preparación académica para que se atrevan a discutir con los políticos, generalmente ignorantes, pero pletóricos de falacias y argucias para engatusar al pueblo y hacerlo creer que lo rojo y lo verde son honestidad cuando son en realidad putrefacción.

Los regidores independientes nombrados por los ciudadanos tendrán el derecho a llamar al pueblo a un referéndum para la revocación de mandato de un ayuntamiento que se gasta el dinero en lujos y ornamentos y se olvida de las necesidades esenciales del pueblo. Y así, poco a poco ir ganando posiciones ciudadanas, direcciones de desarrollo en áreas prioritarias ocupadas por especialistas, no por amigos del alcalde.

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