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METÁFORA CIUDADANA

CINISMO Y POLÍTICA MEXICANA

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ALVAREZ

En la filosofía antigua el "cínico ascético" se caracterizaba por decir lo que pensaba, sin ninguna especie de censura. Apelaba así a la "parresia", término que puede traducirse como "libertad de expresión". Diógenes de Sinope, también llamado "Cínico" era célebre por sus frases irónicas o sarcásticas, su sentido cáustico del humor y una irreverencia que se complacía en la insolencia. Por ejemplo: podríamos hoy encontrárnoslo atisbando fijamente a un gobernador priista o de cualquier partido y cuando éste le inquiriera del porqué de su insistente acecho, le contestaría "observaba admirablemente tu insaciable ambición".

Los cínicos ascéticos no consideraban su filosofía como un sistema o una escuela, sino como una actitud frente a la vida. Críticos intransigentes de la sociedad de su tiempo, se caracterizaron por un comportamiento público a menudo indecente (según visión de los griegos "bien-pensantes"); a la vez que siempre mostraron un provocativo irrespeto hacia las instituciones y las tradiciones. Poseedores de inteligencia mordaz, profesaban un modo de pensar del aquí y del ahora, que propiciaban una transmisión filosófica de tipo anecdótica, especialmente en tiempos turbios e inciertos; encontrando siempre respuestas duras y críticas corrosivas a todo evento, especialmente de escarnio para los políticos.

Tras cada escándalo de corrupción que a diario se descubre en todo el país, lo mismo con el erario federal, que con el tráfico de influencias estatal o con las concesiones para amigos municipales o vicerevueltas todas las anteriores; admiro sorprendido que no se desaten levantamientos tumultuosos, que no ocurran masacres, que no surja tal desorden que presagie el fin del mundo. ¿Cómo, en una crisis tan continua, pueden coexistir tantos seres humanos sin destruirse, sin protestar firmemente, sin odiarse mortalmente? O tal vez si haya odio, pero es tan mediocre que no alcanza a levantar la mano y esta mediocridad, esta impotencia, este conformismo viral es lo que está evitando una destrucción total de la sociedad. Inexplicable y sutil paradoja la que vivimos los mexicanos; un día hartos y furiosos, listos para no votar por los corruptos y al otro, ebrios de futbol.

Y ya que precisamente hablamos de futbol, The wall street journal seguramente el más prestigiado medio de comunicación económico y de negocios de Estados Unidos, presentó un documento en el que asegura que bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, Televisa ha recibido unos catorce mil millones de pesos por publicidad a varios gobernadores y a partidos políticos. La información, fidedigna en razón a la calidad moral del denunciante y creíble además por esperada, no conocida formalmente, pero si supuesta por lo que se ve todos los días en los noticieros de esa cadena televisiva, asevera que dichos pagos se realizan, en su mayoría, en dinero constante y que existen diversas estrategias de ocultamiento gracias a una operación continua consistente en recibir grandes cantidades de efectivo, siendo estas guardadas en una bóveda ubicada en el basamento de las oficinas del corporativo en Santa Fe y transferidas al Estadio Azteca para simular la venta de tickets de eventos especiales que nunca se realizan y es la razón por la que es difícil rastrearlo.

La lógica mexicana nos indica que ese descubrimiento no debe ser considerado aislado, solitario o excepcional, para nada; sino que al menos otros seis o siete mil millones de pesos se pagan a TV azteca; sino, ésta ya hubiera soltado la sopa; en total más de veinte mil millones de pesos del pueblo mexicano se usan para tratar de limpiar imágenes de decenas de políticos irresponsables que saben esconderse en el poder de la televisión.

Cuando se descubren estas maniobras tan propias de nuestro sistema político y tan repetidas continuamente, me pregunto: ¿Cuántos medicamentos se podrían comprar para surtir las clínicas que atienden a los mexicanos pobres? Y es que, por lo general, para no decir que siempre, en las farmacias del IMSS, del ISSSTE y de los hospitales municipales no hay surtido. O con esos miles de millones ¿A cuántos ancianos se les podría otorgar pensión y sacarlos de la miseria en que se debate su vejez? o ¿Cuántos orfanatorios se podrían construir para los niños abandonados? ¿Cuántos mexicanos "cínicos" se podrían educar con una parte de ese capital?

Una característica de los políticos es que son sordos y ciegos; una vez que se casan con una patraña; ya nada los mueve de ese capricho; digan lo que digan las estadísticas, o lo asegure la ciencia; es más, ni dictado por la mecánica cuántica; ellos siempre tienen su razón en el cerebro y se mantienen firmes "topen chivas": Sus argumentos son simples herramientas retóricas cuya utilidad consiste en organizar más eficientemente las promesas y mentiras que saben, desde antes de decirlas, que jamás las van a cumplir.

Que el pueblo mexicano sabe que hay corrupción: claro que lo sabe y que… lo va a seguir sabiendo y lo va a seguir soportando, ya aprendió a vivir con eso; ya aprendió a que los gobernantes hacen lo que les da su muy regalada gana y nadie los para o les dice que eso no está bien. Se soporta; se sufre, se calla y es todo. Esto lo estamos viviendo ahora en La Laguna; en el caso del Metrobús; ambas partes extienden argumentos, pero éstos son falacias, no razones; para ambas partes "ceder es perder" y aunque la comunidad se vea afectada en gran escala, lo único importante es la "hombría política" que les da su carácter público y su obcecada soberbia.

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Escrito en: Metáfora ciudadana

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