— Pepe Mujica
Entre 1965 y 1980, en la mayoría de los países latinoamericanos surgieron movimientos populares; la mayoría arrancaron como reclamos ciudadanos ante la opresión a los grupos más débiles, pero la intolerancia de los gorilas golpistas provocaron que muchos de esos grupos se volvieran células guerrilleras que realizaban atentados, secuestros y asesinatos; éstas fueron reprimidas con matanzas por fuerzas especiales de los tiranos, adiestradas por tropas elite norteamericanas.
Uno de esos grupos fue el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros; mejor conocidos como "Tupamaros"; una organización de Uruguay que tuvo diferentes actuaciones; primero como guerrilla urbana; integrándose más tarde a una coalición política de Izquierda conocida como Frente Amplio.
Los tupamaros nacieron conjuntando varias ramas de la izquierda como maoístas; trotskistas, anarquistas y cheguevaristas; todos con visión marxista. Su nombre derivaba de la sublevación indígena de 1780 en el Virreinato del Perú, dirigida por José Gabriel Condorcanqui, conocido como Túpac Amaru II y que fue reprimida con inusitada dureza por los españoles.
Las autoridades de esos años prohibieron a los medios de comunicación informar sobre acciones tupamaras; exigieron ignorar su existencia; por ello algunos medios les llamaban "Los innombrables", pero como sucede bajo la dictadura; la prensa internacional los dio a conocer al resto del mundo cuando éstos informaron los turbios manejos financiero de empresas o particulares relacionados con el gobierno y el robo de víveres repartidos entre habitantes de zonas marginadas.
A principios de los noventas, llegada la apertura democrática surgió el Movimiento de Participación Popular dentro del Frente Amplio que aglutinaba varios partidos de izquierda. En la votación de noviembre de 2009, el ex-dirigente tupamaro José Alberto Mujica Cordano; resultó popularmente electo Presidente de la República Oriental del Uruguay, logrando el 52.39% de los votos. En 2010 asumió la presidencia de Uruguay.
Como dirigente tupamaro, Mujica de 1972 a 1985 había sido encarcelado en condiciones infrahumanas, continuas torturas y total incomunicación, según versión de la Cruz Roja Internacional y, bajo la amenaza de ejecutarlo si alguna acción tupamara tenía lugar; por tanto, como todo líder político honesto de oposición en un país dictatorial, estuvo encarcelado; ello lo hace comparable con Nelson Mandela y Mahatma Gandhi
Mujica siempre gobernó por sí mismo, nunca estuvo protegido por un poder oculto; administró Uruguay por su propio derecho y con su voluntad, respetando las leyes, sin estar sometido a un grupo de poder oscuro. La línea de su política como presidente fue la misma que utilizó en su juventud tupamara de T N T "Tupamaros no transamos". Por lo tanto bajo su mandato Uruguay se comportó como nación soberana y nunca tuvo arreglos oscuros con otras potencias ni entregó sus riquezas naturales a empresas trasnacionales o endeudó a su patria con préstamos leoninos.
Entre muchas de sus características como líder social: Él no habla por sí, habla lo que escucha en el uruguayo, es decir, él si escucha, escucha al pueblo y a la opinión mundial y luego transmite ese sentir. No se apropia ni de ideas ni de reformas, reconoce a los autores reales y, sobretodo, es capaz de dialogar y más aún: de contestar inquietudes. Considera que todos somos iguales, no distingue a la prole de los demás; los indigentes son personas de aquí, dice, no de África o de Asia; ellos viven entre nosotros, son nuestros semejantes.
En pleno ejercicio de la presidencia, su patrón de vida se mantuvo en la sencillez; rechazaba las ostentaciones de la casa presidencial, su casa personal es rústica, sin lujos; declaro que el presidente debe vivir como vive cualquier ciudadano; y eso, dijo: "es indiscutible"; su vehículo es un Volkswagen clásico de modelo antiguo. Como jefe de gobierno viajó varias veces en avión de línea; una de sus expresiones más comunes es "No soy pobre; soy ligero de equipaje" y una más: "Ser austero es ser libre".
Sabe expresarse sin escrito previo, sin estar leyendo argumentos redactados por otros; lo mismo ante universitarios que ante líderes mundiales; puede dictar discursos amplios manteniendo al auditorio atento, sin decir sandeces o equivocar el de sentido de palabras o cambiar burdamente capitales y estados. Siempre habla en español, su idioma natal; nunca farsantea en otro idioma. Ha sido galardonado por universidades ajenas a su país y los jóvenes lo recibieron con aplausos, compartió con ellos ideas e inquietudes sin tener que esconderse y salir por la puerta de atrás. Denota amplia cultura basada en la lectura de infinidad de libros y se atreve a discernir sobre filosofía y economía sin temor a dislatear. Es un placer escuchar sus discursos, generalmente improvisados.
Pepe Mujica legitimó credibilidad al gobierno de Uruguay, cuya imagen estaba muy deteriorada; restableció la confianza de la ciudadanía, regresándoles a los uruguayos un país que ya no era de ellos; una nación que se había entregado a las empresas transnacionales y a los corruptos de las anteriores administraciones gubernativas. No colocó a sus amigos en ministerios en razón de su relación personal; se rodeó de estadistas y personas preparadas para cada cartera. Siempre reconoció que había problemas reales que deberían atacarse para solucionarlos, no escondió la cabeza a ellos o los dejó esperando que murieran por inanición y que los interesados se aburrieran de esperar y se olvidaran de las respuestas; veía en cada problema un reto y no un ataque, la razón es que él tiene capacidad de respuesta y se atrevió a ofrecer más acciones efectivas que discursos sobre reformas fracasadas.
A Pepe Mujica en Europa lo acusan de ladrón; le imputan haberse robado el corazón de los uruguayos, de muchos europeos, de gran parte de los latinoamericanos y yo infiero, que de los mexicanos que llegamos a conocer algo de su vida; él termino en 2015 con una aceptación de su pueblo de más del 90 %; se enriqueció con el cariño de los seres honestos, no con el erario de su patria.
Disculpa aclaratoria: en el título incluyo el nombre del presidente actual de México, pero en el cuerpo de la columna no lo menciona para nada; ¿Verdad que no era necesario citarlo?; ¡Qué lástima que José Alberto Mujica no haya sido mexicano!