El teatro del absurdo surgió después de la segunda guerra mundial, posee rasgos existencialistas que se justifican por la terrible experiencia vivada en las dos conflagraciones que costaron decenas de millones de vida. Es una expresión artística que cuestiona a la sociedad y al ser humano mismo; esta forma artística tiene a su vez un profundo sentido filosófico y varios de los más destacado novelistas de esa época lo manejaron en sus obras. Sus principales características son la trama sin sentido o manifestado de manera ilógica; maneja un lenguaje difícil de entender e infundado; sus diálogos son repetitivos, incongruentes, inacabados y dispares; generalmente no terminas de entender lo que quiso decir el parlante; presentan una realidad heterogénea que posee rasgos inconexos, inconclusos e irracionales. La incoherencia, el disparate y lo ilógico son también rasgos muy representativos de estas obras que asumen la intención de angustiar y ridiculizar las cosas cotidianas
Muchos ven al Teatro del absurdo como una obra sin explicación lógica y sin sentido. Se resalta la incongruencia entre el pensamiento y los hechos, así como la contradicción entre las ideologías y los actos; muchas proclamas de los políticos mexicanos caen justamente en este esquema. Es común escuchar propuestas de candidatos que suman todas las características de esa forma de expresión teatral; Un candidato que se acerca un puesto de elotes y propone a sus dueños que se anuncien en internet para que las personas les llamen antes de ir; cuando los comerciantes le preguntan que cómo hacerle, les indica que con un IPad que él les donará cuando gane las elecciones; y así, infinidad de casos que este día recordaré.
El absurdo de absurdos es el PRI renovado, creen que porque pudieron congelar una fotografía de sí mismo de sus años dorados, como en la novela "Dorian Gray", puede presentarse siempre joven, pero no alcanzan a percibir que el retrato que la ciudadanía observa es justo la imagen agrietada y carcomida del Dorian de 87 años que ha abusado de todos los vicios inimaginables y luce como momia antediluviana. Y siguiendo ese desatino, no falta la candidata que ajusta su imagen fotográfica, irreal a su verdadera efigie, al grado que en algún mitin cuando ella habló, le gritaron que mejor subiera su hija, la candidata de las fotos; la verdad es que ante este atentado a la inteligencia del elector, Chava Flores se quedó corto con su canción: "El retrato de Manuela"
Y en el paroxismo del absurdo, Peña Nieto acusa a las redes sociales del mal humor que priva en México, él ve un país donde las maravillas de las mil y una noches son simples juegos infantiles ante la realidad que hoy gozamos; manifiesta: "A todos, en términos generales, les está yendo bien"; e insiste afirmando: "los datos acreditan que hay más empleo que nunca. Todos los indicadores hablan de que estamos avanzando. Además, en un entorno mundial muy difícil. México está creciendo, no a las tasas que quisiéramos, pero sí de manera relevante". Iracundo asevera que son los cibernautas quienes entorpecen el camino ascendente de la patria. Si las redes sociales pudiera ser compradas con lonches, seguro hablarían bien del gobierno y entonces este diría que son magníficas; pero no, quienes utilizan esas comunicaciones son generalmente gente inteligente que percibe claramente las causas del mal humor popular; este surge de deyecciones como corrupción, impunidad, inseguridad con multitud de asesinatos en todo el país, incluido Torreón, crecimiento de la pobreza, incertidumbre en el peso frente a otras monedas, abusos de las autoridades policiacas y del mismo ejército; agravios a los derechos humanos; carencia de médicos y medicinas en el IMSS, ISSSTE y hospitales públicos; quiebra de empresas descentralizadas como Pemex; CFE; aumentos en la gasolina que en junio volverá a subir. Más absurdo sería que tras todas estas tropelías gubernativas, los mexicanos estuviésemos riendo y de buen talante.
Absurdo local elemental: gastarse decenas de cientos de miles de pesos en traer espectáculos dizque musicales, cuando la ciudad está cayéndose prácticamente a pedazos; desperdiciar en circo los recursos que deben utilizarse en surtir agua potable a infinidad de sedientas colonias; pavimentar las calles en lugar de echar chapopote en los pozos para que cuando llueva vuelvan a aparecer los baches, comprar focos para la multitud de semáforos que además de estar completamente de sincronizados carecen hasta de la luz roja y en fin, pensar más en las personas y no sus campañas políticas.
Y donde si nos quisieron ver la cara de irracionales, fue en la justificación del colapso del puente Florida: que la edad de 25 años y carga vehicular causaron la fractura; vaya que si nos tratan como imberbes. Entonces preocupémonos por todos demás puentes, pues tienen la misma o mayor edad pero al menos si soportan la misma carga, o ¿es que no pasan sobre ellos los mismos vehículos? Esto me recuerda una historia que leí hace poco sobre irracionalidades: en un pueblo pequeño, un hombre que estaba siendo rasurado, sufrió grave herida de navaja en el cuello que le provocó la muerte; la autoridad decretó que el mismo barbero debería realizar la autopsia. Este determinó como causa del fallecimiento del degollado: "senectud y cansancio". El diagnóstico fue declarado firme e incontrovertible. Y rapidito a derrumbarlo; perdón, a cremar el cadáver; las cenizas no dejan huellas de errores. Creo que estamos justo a tiempo para preguntar: ¿Cuál será el término medio de vida y de carga del teleférico?
En el teatro del absurdo surge el "homo demens": justo el reverso del "homo sapiens" y aquí descubrimos que el político es un ser devorado por la ambición, es esclavo de sus pasiones y vive terribles crisis de deliriums poderis, cayendo continuamente en diálogos incongruentes e ininteligibles, como el disparate del diputado priista de Coahuila, quien aseveró radiofónicamente que la "megadeuda no existe"; que es un tema que los enemigos del gobierno suelen sacar en tiempos electorales para desprestigiar a su partido. ¿Debe el descaro considerarse como absurdo?