Coahuila se apresta a una actividad política trascendente en breve; la elección de gobernador que significará: un cambio en la ruta hasta ahora seguida o la continuidad de una dinastía que ha dejado al estado en un precariedad histórica; un gasto que ya supera los sesenta mil millones considerando que la deuda actual subsiste en los originales 36,000 millones, que se han pagado más de 20,000 millones de intereses y que continúan fluyendo las deudas como la de 2,500 para pago de proveedores desconocidos, amén de los fraudes con empresas fantasmas; eso a nivel estado, pero si sumamos las deudas de los municipios como Torreón y las de los organismos descentralizados de ellos, como SIMAS, los números de lo debido se vuelve estratosférico.
Es ahora, en pleno hervor de dichos comicios, cuando recuerdo en el primer libro del diálogo Platónico "La República, o de lo justo", una interesante conversación entre Sócrates, quien defiende la justicia como elemento esencial de la convivencia humana y Trasímaco, apasionado sofista, para quien la justicia sólo aprovecha al más fuerte y es lo que más conviene a este.
Todo pareciera indicar que 2,400 años atrás, Platón escribió este diálogo sobre el PRI y aplicable, precisamente a Coahuila en estas circunstancias. Dialogan Sócrates que cuestiona ironizando y Trasímaco que asevera. Esto se conoce como "El argumento de los ladrones":
- Hazme el favor de decirme ¿si un Estado, una cuadrilla de bandidos, piratas; o cualquiera otra sociedad de este género podrían triunfar en sus empresas injustas, si los miembros que la componen violasen, los unos respecto de los otros, todas sus reglas y se hicieran injusticias entre ellos?
- Claro que no podrían.
- ¿No sería porque la injusticia daría origen a sediciones, odios y combates entre ellos, al paso que la justicia mantendría entre los mismos la paz y la concordia?
- Lo concedo.
- Pero si es propio de la injusticia el engendrar odios y disensiones en todas partes donde se encuentra, ¿no producirá indudablemente el mismo efecto entre los hombres injustos, y no les hará impotentes para emprender cosa buena alguna en común?
- Sí.
- Y si uno de esos hombres no respetase las reglas del grupo injusto ¿no estarán estos siempre en discusión y en guerra? ¿No se aborrecerán mutuamente tanto cuanto aborrecen a los justos?
- Sin duda.
- Es tal, pues, la naturaleza de la injusticia, ya se encuentre en un Estado, ya en un partido o en cualquiera otra sociedad, que, en primer lugar, la hace absolutamente impotente para emprender nada a causa de las querellas y sediciones que provoca; y, en segundo lugar, se hace enemiga de sí misma y de todos los que son a ella contrarios, es decir, de los hombres de bien; ¿no es esto verdad?
-Sí.
Enrique II; justo aquel que en ejemplar ejercicio democrático fue electo presidente del PRI, con solemnidad monárquica, aseveró: "Los procesos han sido de consulta pública. Por esa razón, en el PRI estamos abiertos a un proceso abierto, que incluya la participación más amplia posible y, por otro lado, también estamos a favor de que las condiciones sean de piso parejo para todas las aspirantes o los aspirantes."
En ese mismo tenor, anunció que habrá elección abierta para encontrar a su candidato a gobernador de Coahuila. A mí, en lo personal, esa elección interna, nada me importa ni del proceso selectivo ni del resultado del mismo, quien quiera que sea el designado, si llegara a ganar la gubernatura, servirá como sepulturero de las justas ilusiones de los coahuilenses honestos. Ninguno es mejor que el otro entre ellos y los de la acera de enfrente, cantan igual las rancheras. Pero ya en si, como ciudadano y con morbosa inquietud ético-intelectual y política, al estilo del Sócrates Platónico, me pregunto si cabría, en la institución política más corrupta, más antidemocrática en toda la historia nacional, digo, ¿Si pudiera el PRI vivir un ejercicio democrático real, justo? ¿Lo permitirán los "otros"?
Así pues, según la justicia trasimaquiana, comprar votos a los pobres, conforme leyes priistas, es absolutamente justo; mantener en la miseria a millones de mexicanos, también es justicia electiva. Y utilizando esa lógica, ese mismo día, fueron publicadas en Facebook docenas de fotos del candidato del gobernador actual, en las cuales se alababa su labor administrativa y su compromiso con la sociedad; él mismo aseguró que este sistema dedactivo: "pone en aprietos a quien no trae absolutamente nada".
¿Y en qué situación pone al que debe mucho?; ¿Al que no da la cara a la problemática de la ciudad? ¿Al que responde a los justos reclamos ciudadanos con órdenes iracundas y negativas a escuchar sus necesidades? ¿Cree que ya se olvidaron el pavimento destruido, los arbotantes apagados, tanto semáforo inservible, la falta de agua en muchas colonias, las inundaciones con aguas negras y tantas más calamidades'? ¿Cree que con "riquelmebots" en las redes sociales desaparecerán?
¿Qué será lo que se trata de ocultar manteniendo a toda costa en el poder un miembro de la misma dinastía? ¿Será el dinero con el que, en 2012, se compraron cinco millones de votos a razón de 500 pesos cada uno, pagados de la deuda coahuilense? Suposición muy factible, ello representa apenas el 13.8% de los 18,000 millones que no se sabe dónde quedaron.
Creer que habrá piso parejo en la elección priista, nos exige olvidar que Enrique II, en exaltada animación demagógica, declaró que no existen priistas corruptos; o sea que todos ellos podrán lazar no guijarros, sino aludes a Enrique Peña Nieto.
Y como el que "calla otorga"; no puedo concluir esta metáfora, sin dirigirme al presidente y decirle, con todo respeto a su investidura, pero con más respeto a mi familia, a mis alumnos y a mis amigos, reciba de mi parte, al menos un fuerte terronazo.