La película "México 2,000", realizada en 1983 y protagonizada por los actores Chucho Salinas y Héctor Lechuga, famosos por sus obras de teatro satíricas-políticos como "Adiós Guayabera Mía" (1976), es un filme cómico de ciencia ficción donde se presenta un México que al concluir el Siglo XX ya no tiene problemas; se ha convertido en una nación culta, sin contaminación y con sustentabilidad alimentaria. El sarcasmo y la ironía socrática de las diversas historias ahí narradas, destacan a viejos personajes, prácticamente desaparecidos para ese entonces, que recuerdan lo que alguna vez fueron los problemas que aquejaban al país, como la política del partido único: el PRInosaurio y su aliado TelePRIsa. La educación es superior a las más grandes universidades del mundo y es además gratuita; la familia, la seguridad, el transporte y la conciencia ciudadana, han superado todo, hasta la corrupción desapareció.
En el sueño utópico de esta película, para el año 2001, todos los mexicanos tienen trabajo, y se cumple la fanfarronada de Enrique Peña Nieto cuando aquí en Coahuila, jactanciosamente presumió algo irrisorio: "desde hace cinco años ya son más los mexicanos que regresan de Estados Unidos a México que los mexicanos que eventualmente salen hacia Estados Unidos en búsqueda de una oportunidad". En esta parodia fílmica, son europeos y gringos los que vienen de braceros a México. Desaparecieron mendigos y vagabundos, la pobreza y la desigualdad social son inexistentes, el mexicano promedio habla 3 idiomas desde la escuela primaria, se exporta trigo a Rusia y maíz a Norteamérica; con otros productos agrícolas se alimenta a todo el mundo. Los extranjeros vienen a estudiar a México. Así mismo el idioma y la cultura mexicana se conocen por todo la tierra y se busca copiarla, como el altar de muertos, ya nadie se acuerda de Halloween. En fin los mexicanos son personas entusiastas, disciplinadas, estudiosas. La provincia posee tantas oportunidades como la capital, por lo que ya nadie desea ir a vivir allá; y dado que no existe la pobreza, ya no se compran votos con despensas; existe auténtica democracia y, lógicamente, los políticos son estadistas que se preocupan por el pueblo, son especialistas en su cartera y no compadres del presidente, profesionales que saben expresarse con propiedad y honestos servidores públicos que respetan el voto popular; para nada saquean los estados y menos buscan dejar a sus lacayos en el cargo para que les cuiden las espaldas. Invito a ver o recordar esa película; reír y al mismo tiempo soltar alguna que otra lágrima; dejo su dirección electrónica: https://www.youtube.com/watch?v=0Uunqk4QzxE
Y regresando a la triste realidad; nos enfrentamos a un Chava Flores que era cruel en sus canciones ya que nos hacía poner los pies en la tierra, desnudaba al mexicano quitándole sus excusas y pretextos, mismos que ahora utilizan nuestros políticos para justificar sus terribles fallas, artilugios que los enriquecen mientras pauperizan al pueblo; como por ejemplo: la organización Gestión Social y Cooperación, (GESOC) anunció que el 77.5 de programas sociales no funcionan; dicho de otra manera, de 182 programas creados para el beneficio popular, 141 del ellos muestran opacidad y se pierde gran parte del presupuesto social; concretamente, no se sabe dónde están 72,000 Millones de pesos. Eso a nivel Federal, a nivel Coahuila, la deuda eterna no ha sido reducida, sino aumentada, a pesar del pago de cerca de veinte mil millones de pesos, pagados exclusivamente para cubrir intereses. Se siguen gastando cientos de millones en empresas fantasmas y para justificarlos, hay una campaña de recaudación de hojas firmadas en blanco de los beneficiarios de los programas sociales estatales; las que, convertidas en vales justificarán los gastos "fantasmas"; por ello nos piden "esperar".
Por ello no es de extrañar que en las elecciones del año pasado, 2 millones 677 mil 825 mexicanos de 6 a 17 años, participaron en la Consulta Infantil y Juvenil organizada por el INE. Los resultados fueron desastrosos para las autoridades: el 55.9% no confían en el gobierno, 28.5% no creen en la policía y 26.1% ni en el Ejército. Sólo el 4.9% confía en los partidos políticos, 5.2% en los gobernantes; así las cosas, sólo existe credibilidad en la propia familia (95%), en amistades (70%), en maestros (44%) y en médicos (33%). Bajo estos espectrales resultados, ¿cómo puede avanzar un país hacia su integración y desarrollo?
Mientras la "cortina de humo Trump", se convierte en suave neblina otoñal; se descubren más atrocidades; más robos en los estados por parte de sus gobernantes; la caída del peso frente a las demás monedas del mundo culpando a todos menos a la mala administración federal. Y en lo municipal, la acelerada avalancha de obras de infraestructura que debieron haber sido culminadas hace meses; provocará, lógicamente, ineficiencias como la de la iluminación LED ya en franca putrefacción técnica o los múltiples fallos de los semáforos, en que se culpa a la CFE de ello; algo que yo no me explico es: ¿Cómo fallan sólo unos focos y no todo el semáforo si el problema es la energía eléctrica? O también, declaraciones perniciosas sobre seguridad, maquillando los datos delincuenciales a intereses políticos, negando hechos evidentes de homicidios dolosos y asaltos violentos.
Y empiezan las campañas en Coahuila y con ellas, a soñar todos, unos con la conservación del poder; otros con obtenerlo. Muchísimos en que habrá despensas, tinacos u otros artículos que aunque destruyen su dignidad, cubren por unas horas su desnudez cívica y social. Sólo unos pocos se levantan temprano en la conciencia ciudadana y trabajan en crear organizaciones de la sociedad civil; buscan despertar al votante para decirle que ningún partido posee el tesoro de Moctezuma. Causa por la que se les quiere imponer un reglamento falaz, negando el derecho natural a organizarse como ciudadanos; ese que nadie puede limitar.
