La novena mexicana sorprendió a los nipones como visitante. (AP)
En una velada histórica para el beisbol mexicano, el equipo nacional se impuso por pizarra de 7-3 a la Selección de Japón, ante un Tokyo Dome que enmudeció hacia los innings finales.
México se sobrepuso a un inicio descontrolado de su abridor José Pablo Oyervídez, quien regaló cuatro bases por bolas en la primera entrada, la última ante Yoshitomo Tsutsugoh, para que Hayato Sakamoto timbrara la carrera de la quiniela.
Fue en la cuarta entrada cuando México se hizo presente en la pizarra. Alex Verdugo disparó doble para mandar a Jesse Castillo al pentágono. En la quinta, Esteban Quiroz atizó jonrón para la segunda carrera mexicana.
Para el quinto rollo los asiáticos pusieron tablas el juego con doble productor de Tsutsugoh.
México retomó el comando en la sexta con sencillo de Amadeo Zazueta, quien mandó al plato a Agustín Murillo y, en error del segunda base, Sebastián Valle llegó de cabeza a la registradora.
En la octava Japón se acercó 4-3 con doble de Seiya Suzuki; mas Oliver Pérez entró al relevo para ponchar al emergente Shohei Otani, el súper estrella de los Hokkaido Nippon-Ham Fighters, quien presumió 22 jonrones con grueso .322 en la campaña regular de la liga nipona y quien además sumó 10 victorias desde el centro del diamante.
México amarró el triunfo en la novena con ataque de tres carreras: Valle, Efrén Navarro y Ramiro Peña cruzaron el plato en un racimo que dio oxígeno puro a Pérez y Jacob Sánchez, para que bajaran el telón de una noche que se inserta en la historia de la pelota mexicana.