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México: mal y de malas

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

¿Recuerda usted aquel enero de 2013 cuando todo pintaba maravilloso para el país?

El llamado "momento mexicano" que promovió la misma prensa internacional apenas duró unos cuantos meses.

Las reformas estructurales -esperadas por varias décadas-se hicieron agua una tras otra.

Pareciera que un maleficio invade al país y no lo deja sacudirse de los vicios y estigmas del pasado: corrupción, violencia, impunidad, derroche, improvisación, pobreza, etcétera, etcétera.

Analistas apuntan que la debacle inició en el sexenio de Felipe Calderón cuando la ola de muerte y violencia sacudió a los mexicanos amén de la pandemia por la gripe A (H1N1) de 2009.

Pero fue en este sexenio cuando la mala racha del país extendió su alcance y su profundidad.

Aunque les moleste a los priistas y a los hombres cercanos al presidente Enrique Peña Nieto, este gobierno ha resultado funesto para la imagen y credibilidad de los mexicanos.

La tragedia de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre de 2014, en donde 43 estudiantes fueron asesinados, ha sido la peor mancha para el prestigio de México desde la matanza de Tlatelolco en 1968.

Peor todavía fue el manejo torpe e irresponsable que las autoridades judiciales dieron a las investigaciones que a 18 meses de los sucesos todavía no han sido concluidas.

A ello habría que agregarle los escándalos de las casas de los hombres y las mujeres del poder que fueron adquiridas en condiciones por demás sospechosas y poco éticas.

En lo económico, el maleficio se manifiesta en un crecimiento débil, incierto y para colmo para beneficio de unos cuantos.

Avanzan algunos sectores como el automotriz y el de las comunicaciones, pero no ocurre lo mismo en rubros de enorme impacto social como la agricultura, la construcción y el comercio pequeño y mediano.

La Reforma Energética -acariciada por los grandes consorcios petroleros-se vino a pique con la caída en los precios internacionales del crudo, situación que no se veía en más de una década.

Los beneficios de la Reforma Educativa -tan necesaria para rescatar a los mexicanos marginados- está todavía por verse. Es muy importante evaluar a los maestros, pero más todavía es implantar modernos sistemas para educar y sacar de la ignorancia a millones de niños y jóvenes.

Las reformas en la impartición de la justicia son irrisorias e irrealistas. ¿De qué vale implantar los juicios orales, aumentar penas a los delincuentes y establecer exámenes de confianza cuando los policías, ministerios públicos y jueces viven sumergidos en la corrupción y la impunidad en donde lo único que cuenta es el dinero y el poder?

Dirá usted con optimismo que al menos en materia electoral y democrática hemos progresado porque hoy tenemos más partidos, elecciones más transparentes, campañas abiertas y ¡ah muy importante!, contamos con candidatos independientes.

Sin embargo, ¿de qué sirve todo este andamiaje si quienes llegan al poder son finalmente los políticos de siempre, acostumbrados a negociar y a controlar los cotos del poder y no a servir con entrega y pasión a la sociedad?

Se quejaba en días pasados el colega Ramón Alberto Garza porque el Tec de Monterrey no ha dado un solo gobernador de Nuevo León luego de cincuenta años.

¿Será realmente una deficiencia del reconocido plantel o una decisión inteligente de sus egresados al no querer participar en un sistema político por demás corrompido y maloliente?

Mal y de malas, pues, está México en cuyo seno el propio Papa Francisco reconoció sus rezagos y miserias a pesar de gozar de vastos recursos humanos, naturales y hasta sobrenaturales con la presencia de la venerada Virgen de Guadalupe.

Recientemente el actor Antonio Banderas sostuvo que lo ocurrido en Ayotzinapa es una vergüenza social y política, pero recordó que hay mexicanos muy valiosos como los cineastas Alejandro González y Emmanuel Lubezki.

A estas alturas la solución ya no es buscar culpables entre presidentes, gobernadores, secretarios y líderes políticos ineptos, sino promover que esa sociedad mexicana luchona, emprendedora e inconforme, se sacuda de un sistema político en franco declive que se niega a desaparecer.

APUNTE FINAL

Para matizar lo anterior le dejamos aquí dos ejemplos de nuestra clase política: en Arizona, un exalcalde electo de la población de Fronteras, Sonora, fue sentenciado a 21 años de prisión por operar una red de narcotráfico. Por suerte, Arturo Reyes Trujillo fue capturado en Estados Unidos antes de asumir el cargo en septiembre de 2012… En cambio, el procurador en funciones de Nuevo León, Roberto Flores, fue ratificado en el puesto por el gobernador Jaime Rodríguez a pesar de haber sido fichado en años pasados por emitir cheques sin fondos a casinos de Las Vegas.

Comentarios a jhealy1957@gmail.com

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