Poca ayuda. A pesar de que las policías estatales y militares reforzaron la vigilancia, la violencia aumenta en Michoacán.
El 7 de junio, el alcalde Francisco Villanueva Mora fue amenazado de muerte por grupos del crimen organizado, al tiempo que la cabeza y manos de uno de sus guardias de seguridad eran halladas en la comunidad El Capire. Días después, Refugio Villanueva Mora, hermano del alcalde, fue asesinado a tiros en un ataque en el que participaron al menos cuatro sujetos armados con rifles de asalto, de acuerdo con el informe policiaco.
Ayer domingo, los cuerpos de dos personas ejecutadas a tiros y envueltas en cobijas fueron localizados en una brecha que comunica a la cabecera municipal de Lázaro Cárdenas.
El reporte policial indicó que se trata de dos hombres aún no identificados y que presentaban huellas de tortura e impactos de arma de fuego. Ambos casos son ejemplo de cómo se ha recrudecido la violencia en Michoacán; tan sólo el primer semestre de 2016 ha sido el más violento de los últimos cuatro años, luego de que la cifra de crímenes va al alza y ha alcanzado, aun a funcionarios municipales.
De acuerdo con el Informe Estadístico Ejecutivo Enero-Junio 2016, elaborado por la PGJE, en estos primeros seis meses se han registrado 616 homicidios dolosos.