Si los nacidos después de la Segunda Guerra Mundial eran llamados "Baby Boomers", ahora aparecen los "Mileniums": jóvenes nacidos de 1980 en adelante, quienes por cuestiones de vida y cultura tienen particularidades que los distinguen.
Desde luego que provienen de un mundo globalizado y tecnificado, que deja poco margen al humanismo tradicional, y esas particularidades sociales les ha hecho diferentes a las generaciones anteriores.
Habría que describir ese mundo de los milenarios, para comprender un poco más sus particularidades y constitución psicológica afectiva.
De ellos, pudiera decirse que viven en un mundo de permanente cambio, con ruptura de las instituciones sociales y políticas; sometidos a crisis importantes en las creencias religiosas y en constante choque -muchas veces violento- entre las culturas, particularmente la occidental con la medio oriental; grandes dificultades de la economía mundial, que genera una brecha cada vez más pronunciada entre ricos y pobres; políticas internacionales y nacionales desgastadas, generadoras de insatisfacción ciudadana y poca tolerancia para los que piensan diferente.
Tome en cuenta el belicismo mundial, ahora tecnificado y más deshumanizado, de un Imperio que muestra franca decadencia y países opositores que se resisten a las imposiciones. Como ejemplo, piense en occidente contra Corea del Norte.
En esta realidad mundial, los jóvenes del presente sufren el dolor provocado por las bajas expectativas de calidad de vida, contrastadas con el exagerado estimulo para deseen y compren.
La competencia entre ellos es feroz y les genera estados de constante ansiedad, disminuyéndoles los tiempos para el esparcimiento, la interrelación y alimentación espiritual.
La pérdida de fe en el sistema o la religión, los lleva a enfrentar sus retos en soledad.
Con el uso de la tecnología, se han transformado en retraídos y ensimismados. Obsérvelos sentados juntos, pero cada cual en su propio mundo de La Internet, perdiendo el alimento que deja el contacto físico entre humanos.
Sus retos para lograr sobresalir son enormes y, comparados con las anteriores generaciones, se transforman en frustrantes y apabullantes.
Para triunfar ya no es suficiente hablar suficientemente el idioma de origen -español en nuestro caso- o tener un grado de nivel licenciatura. Ellos requieren ser "bi", preferentemente multilingües y alcanzar niveles de maestría o doctorado en un área específica del conocimiento, además de poseer una cultura superior a la media internacional.
Tener dominio sobre los recursos de la tecnología informática es indispensable; utilizar los medios computacionales, con manejo adecuado de sistemas y programas de sus áreas de especialización profesional, equivalen a tener oportunidades reales de éxito.
Aquellos que no hayan cubierto esas áreas de competencia para la vida profesional y social, son considerados como analfabetas funcionales en el mundo posmoderno, similares a aquellos que no sabían leer y escribir en el siglo veinte.
Armarlos con una adecuada jerarquización de valores trascendentes, sociales y humanos es básico, para que pueden alcanzar la verdadera felicidad -que son sólo chispazos a lo largo del día- y que puedan liberarse de las nuevas formas de esclavitud inventadas por el hombre del presente, entre ellas el consumismo y el libertinaje.
Hoy en día es mucho más difícil comprender aquello de "no es feliz el que más tiene, sino el que menos necesita" y de obnivular las conciencias, se encargan los promotores del consumismo con su mercadotecnia y publicidad dirigida al "mal mayor -los humanos comunes y corrientes- para el bien menor -de los dueños del conocimiento y a productividad-".
Afortunadamente aún contamos con la institución de la familia, -aunque a últimas fechas debilitada- con el insistente propósito de destruirla, atacándola, pretendiendo derrumbarla, -temo escribirle: lo están logrando- ya que es a través de ella como se pueden aplicar los antídotos contra el dolor psíquico de los humanos el siglo veintiuno, tales como la sensación y/o realidad de la soledad, el persistente dolor de la desesperanza, los estados depresivos -cada vez más frecuentes y a menor edad- y la pérdida de visión por la vida.
Le pido reflexionemos sobre el tema del presente "Diálogo" y atendamos esta área de oportunidad, hasta alcanzar niveles superiores de calidad integral de vida personal y social; aprender a defenderse de la agresión de las particularidades del nuevo milenio y encontrar como atacar sus males, antes de que sea tarde.
Si está a punto de graduar como bachiller o preparatoriano, le invito a que haga una evaluación de su caso particular, con sus fortalezas y debilidades analizadas con seriedad y, conforme a ello, construya un plan de vida, con plazos fatales para cumplir sus objetivos.
Elija una buena universidad, que le ofrezca apoyo en su propio desarrollo de competencias humanas y aplíquese en prepararse para competir ventajosamente .
¿Conoce Usted un "milenium" o es uno de ellos? En cualquiera de los casos, atienda el reto, a fin de llegar a ser verdadero ser humano realizado y feliz.
ydarwich@ual.mx