Cuarenta minutos antes de lo programado, el féretro del empresario y político lagunero Carlos Herrera arribó a la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe donde se ofició una misa de cuerpo presente.
En el recorrido del cortejo fúnebre, que inició en su casa de la colonia Las Rosas y siguió por la avenida Victoria del Centro, hubo quienes se agruparon sobre las aceras para darle el último adiós, pero el mayor contingente se concentró sobre la calle Independencia, afuera de la iglesia y después en la presidencia municipal de Gómez Palacio.
Desde una hora antes de la misa, la Catedral comenzó a llenarse y cuando ésta comenzó ya el recinto lucía abarrotado: exgobernadores y expresidentes municipales; alcaldes en turno, diputados locales y federales, toda la clase política y empresarial se congregó para ser partícipe de la despedida al político y empresario.
Pero sobre todo ciudadanos, aquellos que en voz baja expresaban con timidez sus deseos por acercarse y abrazar a Leticia Herrera o a sus hermanos, patentizar su consternación y solidaridad con la familia por la pérdida de la persona, con quien en algún momento de su vida se identificaron por la sencillez y el don de trato con que se condujo.
Julio Carrillo, el administrador de la Diócesis de Gómez Palacio fue quien ofició la misa y llamó a los presentes a recuperar la fe en la resurrección, y a intercambiar sentimientos de negatividad y muerte por positividad y vida.
Consideró difícil no recordar a quien describió como un "padre ejemplar, un excelente empresario y servidor público, quien le dio un impulso a la ciudad y la hizo sobresalir como una de las más industriosas del país".
Poco después de la una de la tarde, los oficios religiosos terminaron con aplausos de quienes se encontraban adentro y afuera de Catedral, y se reanudó el último viaje de Carlos Herrera, esta vez por la calle Independencia hacia la explanada de la presidencia municipal, donde ya se le tenía preparado un homenaje.
En ese corto trayecto de cuatro cuadras, se formó una valla humana que coreaba porras y vivas a quien dos veces fue presidente municipal; moños negros en señal de duelo fueron colocados afuera de la CNOP (la Confederación Nacional de Organizaciones Populares) y del Sindicato Ferrocarrilero, cuyos integrantes hicieron sonar matracas y bocinas de trenes al paso del féretro del empresario Carlos Herrera Araluce.
HOMENAJE
La explanada de la presidencia municipal fue insuficiente para recibir a todos quienes querían ser parte de este último adiós; la multitud se agolpó tratando de ganar un espacio y quienes cargaban el ataúd tuvieron que luchar para llegar hasta el templete.
El alcalde, José Miguel Campillo hizo una semblanza de Carlos Herrera, quien falleció la tarde del pasado miércoles a la edad de 80 años, pero antes "impulsó el desarrollo industrial de su municipio con el Parque Industrial, y tuvo el espíritu de trabajo a favor de los más pobres y a favor de recuperar el orgullo de ser gomezpalatinos".
Luego, se montaron las guardias de honor: la primera por el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, la señora Vilma Ale de Herrera y los hermanos Leticia, Ernesto y Carlos Antonio, además del gobernador de Durango, Jorge Herrera; le siguieron cinco más a cargo de exgobernadores y expresidentes municipales; senadores y diputados federales en turno; representantes de los poderes Legislativo y Judicial y demás representantes de la autoridad.
Intervino la Banda de Guerra del 72 Batallón de Infantería y tras un minuto de aplausos porque "conociendo su carácter lo preferiría a un minuto de silencio" -según el maestro de ceremonias-, le dedicaron Las Golondrinas.
A nombre de su madre, hermanos y de su tía Ernestina -la única hermana de Carlos Herrera-, Leticia Herrera agradeció todas las muestras de cariño.
Dijo "sentirse orgullosa de ser la hija de Carlos Herrera Araluce, un hombre que caminaba vertical, que nos enseñó a trabajar, pero sobre todo a servir; un hombre, amigo de sus amigos y que nunca se rajó ni en las buenas ni en las malas".
La estrella que ilumina el Cerro de las Calabazas seguirá apagada. Gómez Palacio está de luto.
Último adiós. En su viaje de despedida, cientos de personas acompañaron el cortejo fúnebre del empresario Carlos Herrera por la calle Independencia, desde la Catedral hasta la Presidencia. (RAMÓN SOTOMAYOR)