Un solo propósito de Año Nuevo me fijé este año.
Yo mismo soy ese propósito.
Los propósitos son para cumplirse, y yo no estoy cumplido.
Soy, en el mejor de los casos, una buena intención, y nada más.
Debo cumplirme, entonces.
Sucede que juzgo a los demás por sus acciones, y me juzgo a mí mismo por mis intenciones. En los demás exijo la obra, pero en tratándose de mí creo que la buena intención basta para justificarme.
Yo mismo, pues, soy mi propósito de Año Nuevo.
Espero cumplirme.
O por lo menos dar algunos pasos para cumplir -algún día- mi propósito: llegar a ser todo lo que puedo ser.
¡Hasta mañana!...