En ese suspiro en tres actos que es "Doña Rosita la Soltera" habló García Lorca del lenguaje de las flores, idioma secreto conocido nada más por los enamorados.
Yo ya no supe de esa forma de comunicación que mis tías mayores recordaban todavía: el mensaje oculto en un clavel blanco, o uno rojo; la significación de esa camelia entregada por una novia a su galán. Pero aún hoy las flores me hablan y me dicen cosas.
Estos geranios con olor de clavo me cuentan de mi abuela materna, mamá Lata, la de enaguas talares y rezos que nada más la muerte interrumpió. Esas violetas escondidas me traen el recuerdo de mi madre cuando evocaba su solar nativo, la Villa de General Cepeda, cuyo jardín se ornaba con violetas que hacían sentir su aroma -decían los lugareños- desde una legua antes de llegar al pueblo.
Las flores hablan, sí. Montaña o flor, todas las cosas de la Naturaleza hablan acerca de la vida. Debemos escucharlas.
¡Hasta mañana!...