Esta bugambilia se volvió loca de remate.
La ves y piensas que todo el mundo es color bugambilia.
Yo sé que estaba aquí olvidada, junto al muro de adobe gris, sin que nadie se acordara -como dice la gente- de echarle un vaso de agua.
A la bugambilia no le importó ese olvido. Tampoco le importaron los hielos del invierno. Llegó abril y se dio toda a los que nada le hemos dado.
-Está loca -comentan las mujeres al pasar frente a ella.
Creo que su locura es de amor, la mayor y más bella locura entre las muchas que hay. Su estallido de color es estallido de amor; llamarada que llama a continuar la vida.
Me pregunto si amor y vida no son la misma cosa. Cuando no haya nadie cerca se lo preguntaré a la bugambilia. Quizá me dará el secreto de su locura. Quizá yo también, si soy afortunado, me volveré loco de remate con la hermosa locura de la bugambilia, que se da toda a todos, aunque nadie le dé nada a ella.
Hasta mañana!...