EL PADRE SOÁREZ CHARLABA CON EL CRISTO DE SU IGLESIA.
-¿Qué haces? -le preguntó Jesús.
Respondió él:
-Estaba rezando por la conversión de los infieles al cristianismo.
-Soárez -lo amonestó el Señor con suavidad-, reza más bien por la conversión de los cristianos al cristianismo.
El padre Soárez se desconcertó:
-No te entiendo, Señor.
-Hay muchos cristianos que no practican el cristianismo -explicó el Cristo-, y en cambio muchos de esos que tú llamas infieles guardan fidelidad a mi doctrina.
-Pero, Señor -se justificó el padre Soárez-, todos los hombres deben pertenecer a tu sagrada religión.
-Mi religión es el amor -replicó Jesús-. En él reside la única santidad verdadera. Si no entiendes eso no serás cristiano, aunque seas cristiano. Si entiendes eso serás cristiano, aunque no seas cristiano.
¡Hasta mañana!...