Columnas la Laguna Columnas La Laguna Editorial

MIRADOR

ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

El rey Cleto era hombre joven, garrido y bien plantado. Su lozanía y apostura lo hacían el deseado de todas las mujeres. Sin embargo, tenía torcida de alma: saqueaba a sus vasallos para llenar sus arcas; sus intrigas por conservar el poder lo llevaban a la perversidad.

Tenía el rey Cleto un amigo de la infancia que era estevado, o sea patizambo. Por eso los cortesanos se reían de él. Pero era amable y bondadoso; conmovían su mansedumbre y gentileza.

El rey Cleto hizo llamar a San Virila y le pidió un milagro. Quería que le enderezara las piernas a su amigo, de modo que ya nadie riera de él. El frailecito hizo un movimiento de su mano, y el defecto de aquel hombre tan bueno desapareció.

-¡Milagro! -exclamaron los cortesanos, admirados. Y dijo San Virila para sí:

-Ojalá el rey no me pida que obre un milagro en él. Enderezar un cuerpo es cosa fácil; enderezar un alma es muy difícil.

¡Hasta mañana!...

Leer más de Columnas la Laguna

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas la Laguna

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1283809

elsiglo.mx