La olvidan. A pesar de sus grandes aportes a la ciencia, Vera Rubin nunca fue galardonada con el premio Nobel.
La astrónoma estadounidense Vera Rubin, que destacó por sus trabajos para aportar evidencias de la materia oscura, murió el domingo a los 88 años, según informaron fuentes de su familia.
Rubin, que vivía en la localidad de Princeton, en el estado de Nueva Jersey, falleció por causas naturales, según informó a medios locales su hijo Allan y señalaron por redes sociales otros miembros de la familia.
Las investigaciones que llegó a realizar Vera Rubin con su colega Kent Ford, con quien comenzó a trabajar en 1964, permitieron conocer las primeras evidencias de la materia oscura, que se calcula ocupa la cuarta parte del Universo.
Además lograron determinar la velocidad de las galaxias al medir las curvas de rotación galácticas de diferentes tipos, un resultado que permitió apoyar el trabajo realizado por Zwicky en 1930.
Rubin averiguó que las curvas de rotación de la galaxias eran bastante parecidas e indicaban un aplanamiento hasta distancias muy lejanas a su centro, con fuerzas que intervienen que conforman la materia oscura.
La materia oscura, que no se ha observado directamente, conforma el 27% del universo, en comparación con el 5% de la materia normal del universo.
Los científicos han comprendido mejor qué no es la materia oscura respecto de lo que sí es.
Durante su carrera, Vera Rubin analizó e investigó más de doscientas galaxias. Los últimos trabajos los realizó en Departamento de Magnetismo Terrestre de la Carnegie Institution.
Debido a sus logros científicos, Rubin obtuvo numerosas distinciones, entre ellas convertirse en la segunda astrónoma femenina elegida a la Academia Nacional de Ciencias.
Aunque fue mencionada en varias ocasiones como candidata a recibir el nobel de física, nunca lo logró. "La fama es fugaz", dijo en una entrevista realizada en 1990.