En la ciudad de Kisumu, en Kenia, 28% de la población adulta está infectada de malaria.
Científicos han descubierto indicios de cómo el virus de Epstein-Barr, una especie de herpes, crea las condiciones adecuadas para el desarrollo del linfoma de Burkitt.
Rosemary Rochford, del Centro de Estudios de Cáncer de Colorado en Estados Unidos, junto con otros virólogos que trabajan en la ciudad de Kisumu, en Kenia, donde 28% de la población adulta está infectada de malaria, han descubierto que los niños nacidos de madres enfermas de malaria durante el embarazo son propensos al linfoma de Burkitt, una forma de cáncer.
"El virus de Epstein-Barr en el cuerpo de la mayoría de las personas infectadas guarda 'silencio'. Nadie sabe si lo han 'captado'. Sin embargo, dentro de la mujer embarazada infectada de malaria el virus se activa e infecta muchas células. Como resultado, el sistema inmunológico del bebé recién nacido se acostumbra al virus, lo que a fin de cuentas se traduce en una predisposición al linfoma," comenta Rochford en el artículo publicado en la revista 'Current Opinions in Virology'.
“En algunas partes de África, la mayoría de los cánceres son causados por agentes infecciosos”, añaden los científicos que publican el artículo.