Los miomas uterinos son muy frecuentes y la mayoría de las veces no tienen ninguna repercusión en la salud; sólo en función de su situación o su tamaño cobran importancia.
¿Es posible quedarse embarazada si se tienen miomas?
Los miomas son unas formaciones de músculo liso uterino, benignas, que afectan a un porcentaje importante de mujeres. Se estima que entre el 30-50% de las mujeres puede tener un mioma, y este porcentaje aumenta hasta un 70% en mujeres infértiles.
Aunque los síntomas pueden orientar, el diagnóstico se hace mediante ecografía vaginal, ya que con una simple ecografía el grado de precisión diagnóstica es muy alto.
Los miomas, al ser músculo uterino, aparecen en el útero. Allí pueden ocupar tres posiciones Dentro del útero o submucosos, En la pared del útero o intramurales, y por fuera del útero o submucosos. Su localización es importante ya que la sintomatología cambia con su localización y el planteamiento terapéutico también.
Qué síntomas producen:
Básicamente darán problemas en función de donde estén situados, pero en general, pueden producir hemorragias abundantes con la regla (hipermenorrea), dolor por compresión de estructuras adyacentes, e infertilidad por impedir el normal desarrollo del embrión.
Los miomas intracavitarios y submucosos, los que están en contacto con el endometrio, suelen producir reglas muy abundantes y duraderas. Estos miomas también pueden entorpecer la consecución de un embarazo si bloquean la entrada a las trompas de Falopio. Además, pueden dificultar la implantación del embrión ya que pueden secuestrar el flujo sanguíneo que éste necesita para su desarrollo.
Cuando los miomas están en la pared del útero, si no son muy grandes (3cm) no suelen dar ningún síntoma. Si son mayores, pueden de nuevo incrementar el flujo menstrual y también facilitar el aborto tras una gestación, al "robarle" la sangre que necesita el embrión en su desarrollo inicial para nutrir al mioma.
Si los miomas están por fuera del útero, la sintomatología es escasa, y no es extraño el ver mujeres con miomas de 5 ó 10 cm sin síntomas, que son diagnosticadas en una revisión rutinaria. De todas formas, el crecimiento de un mioma por fuera del útero puede dar síntomas por compresión de las estructuras adyacentes como la vejiga o el recto.
Muy raras veces los miomas pueden necrosarse y excepcionalmente malignizar. Una revisión sistemática cada 6-12 meses es necesaria para descartar esta rareza.
Cómo se tratan:
De nuevo su localización va a ser crítica. Considerando que los tratamientos médicos no son eficaces salvo para la preparación para una cirugía, son las técnicas quirúrgicas las que deben ser empleadas.
Miomas submucosos: se resecan mediante histeroscopia - una pequeña óptica se introduce por vía vaginal hacia el útero y con la ayuda de un resectoscopio se extirpa el tejido miomatoso que protruye en la cavidad.
Miomas intramurales: es necesario abrir el útero para su extirpación; esto puede hacerse por laparoscopia si el mioma no es muy grande y no son múltiples, o bien, por laparotomía - abriendo el abdomen para poder suturar adecuadamente el útero.
Miomas subserosos: la resección de estos miomas suele ser técnicamente más sencilla, coagulando el pedículo que los une al útero. Esta cirugía puede hacerse también por laparoscopia o por laparotomía.
No debemos olvidar que una mujer que tiene miomas, aunque se los quite, tiene que revisarse sistemáticamente por su predisposición a hacer más miomas.