LA ADOLESCENTE Y SU RELACIÓN CON EL SUICIDIO
El suicidio en la adolescente, es un fenómeno que se ha estudiado en diferentes países del mundo, desde el punto de vista de los cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos, siendo el embarazo, una de las principales causas y factor de riesgo de esta acción. El incremento del suicidio en los adolescentes se ha convertido en un problema de Salud Pública mundial. Debe ser tomado como un llamado de atención, una demanda de afecto, de amor, de ser escuchado y reconocido; debe ser interpretado como una pregunta que requiere una respuesta.
En los últimos años, se han informado en el mundo un aumento en el número de suicidios en personas de entre 15 y 24 años de edad. Ocurren aproximadamente 900,000 suicidios de adolescentes, al año, en el mundo. El primer lugar en América Latina, lo ocupa Guatemala (21%), México (17%), Argentina (14%), Chile (14%), Brasil (10%), Paraguay y Venezuela, según la OMS desde 2012. El suicido, es considerado la segunda causa de muerte, después de los accidentes de tránsito. Asimismo, se reporta que el suicidio como causa de muerte y el método que se utiliza, varían de acuerdo a la cultura de cada país.
Cuando hacemos un recuento en general, sobre la historia del suicidio, la epidemiología del suicidio a nivel mundial y algunas investigaciones epidemiológicas en adolescentes, encontramos que se deben considerar factores de riesgo múltiples, como los aspectos neurobiológicos, desánimo, trastornos psiquiátricos, bullying escolar (maltrato escolar), ciberbullying (maltrato cibernético), y el consumo indiscriminado de la tecnología a través de la música y los videos. En México, las investigaciones epidemiológicas mencionan como factores de riesgo fundamentales, la falta de oportunidades académicas y laborales, el fracaso académico, el bajo nivel académico de los padres, la pobreza, la violencia intrafamiliar, el aislamiento social, las escasas relaciones interpersonales, el uso de drogas y como un factor muy importante, y de alguna manera, desencadenante de todo lo anterior, el embarazo.
En la actualidad, la población mundial estimada es de 7.229.916.048 (según la ONU, nace un nuevo ser humano cada 6 segundos, y muere otro cada 13), 17.5% son individuos entre 15 y 24 años de edad; de estos últimos, 10% se embarazan, lo que equivale a 10% de todos los nacimientos del mundo. Esto quiere decir que cada año, aproximadamente, 15 millones de mujeres de 15 a 19 años de edad dan a luz, y representan lo que se conoce como embarazo en la adolescencia.
En lo que se refiere a México, en ese mismo grupo de edad se registran 400,000 nacimientos anuales, 20% en mujeres menores de 20 años de edad. Actualmente, se ha observado el aumento del suicidio consumado en adolescentes, de 10 a 19 años y adultos jóvenes de 20 a 24 años de edad. Las relaciones sexuales sin protección, así como el abuso físico y sexual en el adolescente, tienen como resultado embarazoso no deseados e infecciones de transmisión sexual; el embarazo en la adolescencia es un factor relevante de abandono escolar por lo que la adolescente ante tal situación tiende a buscar un trabajo de tipo informal; todos éstos, son factores de riesgo de ideación, plan e intento de quitarse la vida en las adolescentes de menor edad. Se ha reportado que el 41% de las jóvenes mexicanas embarazadas, sólo terminan la educación secundaria. Por otro lado, también se encontró, que los síntomas depresivos se presentan con mayor frecuencia en las adolescentes: un año después del parto; las que quedan embarazadas sin pareja (durante el primer trimestre de su embarazo); las que tienen un hijo de más de un año de edad; y las que no estudian. La depresión pre y posparto en ellas, genera negligencia en la crianza, carencia afectiva y maltrato verbal, físico y psicológico en el bebé; este maltrato produce retraso global o específico en el desarrollo del niño en sus cuatro áreas: física, cognitiva, social y emocional. La depresión en el neonato se presenta desde la lactancia y se puede manifestar durante la pubertad. La carencia de afecto, la ausencia de la imagen materna y las imágenes maternas múltiples, desarrollan reacciones depresivas, trastornos psicosomáticos, trastornos del sueño, de la alimentación y en la infancia trastornos de conducta y de la socialización.
Como podemos observar, el tema del embarazo en la adolescencia (sumado a todos los otros factores de riesgo), genera, no solamente problemas en la propia adolescente, sino también en su hijo, llevando a engrosar, muy probablemente, los elementos que continúan provocando el aumento del índice de suicidio, en varones y mujeres, de ese grupo etáreo.
Como profesionales de la medicina, específicamente de la ginecología, nos vemos en la obligación de replantearnos nuestro trabajo, y procurar la concientización de los entes gubernamentales, de tal manera de fortalecer los programas de Educación Sexual Integral, ya que debemos continuar bregando por disminuir el embarazo en esta población, y sus consecuencias futuras.