Andy Murray derrotó 6-3, 6-3 y 6-3 al checo Tomas Berdych, y avanzó a la final de Wimbledon, donde busca su segundo título. (EFE)
El británico Andy Murray alcanzó por tercera vez la final de Wimbledon tras imponerse al checo Tomas Berdych.
Murray, campeón en 2013, venció con autoridad a Berdych, finalista en 2010, por 6-3, 6-3 y 6-3 en una hora y 58 minutos.
En su séptima semifinal de Wimbledon y 20 del Grand Slam, Murray dominó por completo a Berdych controlando el partido con sus restos y moviendo al checo con imaginación. Ya tiene el de Dunblane 52 victorias en el All England y el reconocimiento de todos los británicos, que ya le ensalzaron cuando ganó aquí hace tres temporadas, convirtiéndose en el primero de ellos que rompía la sequía de 77 años desde el último campeón, Fred Perry. Ahora, Andy lleva una final más incluso que Perry.
Los 32 errores no forzados de Berdych le condenaron a la derrota.
El checo no pudo con la seguridad de Murray, que solo falló en nueve ocasiones. Tomas, eso sí, arriesgó más y logró 32 ganadores, 12 más que Andy.
El grito de la mujer de Murray, Kim Sears, tronó en la central del All England, cuando su marido logró el último punto. Fue el final de una batalla desigual, en la que Andy castigó con su resto a Tomas, rompiéndole cinco veces, mientras que solo perdió una vez su saque.
Se habían enfrentado 14 veces antes, con triunfo de Murray en ocho de ellas. Con la de hoy, el de Dunblane lleva ya cinco seguidas, con inicio en la semifinal del Abierto de Australia del año pasado. Desde entonces no ha cedido un set ante el checo.