Foto: Archivo Siglo Nuevo
El cine siempre ha requerido de composiciones musicales para impulsar el dramatismo de las escenas. Aquí se presenta a cuatro grandes músicos del cine contemporáneo: Henryk Górecki (Polonia, 1933-2012), Philip Glass (Estados Unidos, 1937), Goran Bregovic (Yugoslavia, 1950) y Johan Johansson (Islandia, 1969).
Pocas veces puede haber ejemplos más claros de lo que significa que la música y el cine trabajen juntos para lograr un efecto dramático como con estos grandes compositores. La importancia del compositor musical en una película puede marcar la diferencia entre un momento bien logrado o una pérdida de la intensidad dramática.
En muchos casos hablar de cine es hablar de música, sin ella, el cine perdería situación, intensidad, dramatismo, complementariedad. Los músicos que vamos a comentar han hecho piezas para cine y tienen además su propio trabajo como músicos, lo que habla de la suficiencia y la calidad que poseen para que su música valga por sí misma incluso fuera del cine.
HENRYK GÓRECKI
Górecki, el más viejo de todos los mencionados y el único fenecido, es un músico que si bien tiene pocos y no muy conocidos créditos como compositor para cine, su música ha sido usada como parte de los soundtracks de un amplio número de películas.
La Sinfonia No. 3 o Sinfonía de las lamentaciones es una obra profunda, espiritual y religiosa, que canta al dolor de la madre que pierde o que se separa del hijo, en la que se retoma el folclor de la región de Silesia y con la que resulta casi imposible no sentirse parte de un eco místico y religioso, es casi una renovación de la música sacra, pero a la que los críticos no pueden dar una sola interpretación.
Lo que parece increíble es que sea tan grande el número y la variedad de películas en las que ha incluido su música, incluso que haya llegado a primeros lugares en listas de música pop en los años noventa y siga reconociéndose su capacidad para impulsar la efectividad de ciertas escenas, sobre todo cuando se quiere meter al espectador en una atmósfera contemplativa-espiritual.
Algunas de las películas en las que se ha incluido a Górecki en el soundtrack han sido: Wit (Mike Nichols, 2001), Terrence Malick en dos películas, El árbol de la vida (2011) y To the Wonder (2012), La gran belleza (2013), Basquiat (Julian Schnabel, 1996) y cerca de otras 15 películas.
Se ha dicho que Górecki es un "one hit wonder" de la música posclásica -no sé lo que posclásica signifique- pero no podría estar totalmente de acuerdo. Tiene muchas más opus y conciertos además de su famosa Sinfonía No. 3. No sabríamos si llamarle un compositor pop de la música clásica pero tiene canciones adorables como Song for a Pony and a Blue-Eyed Girl, que no hace sino saltar clasificaciones posibles, pues es una canción que dura tres minutos como una canción comercial y al mismo tiempo es capaz de transportarnos a las montañas de Polonia y nos inscribe hacia el camino del paraíso.
PHILLIP GLASS
Phillip Glass es un músico enérgico e intrigante que estudió matemáticas y filosofía para después estudiar composición musical en Julliard, en Nueva York, mientras que conducía un taxi en los años setenta. Es conocido por sus sinfonías, óperas y composiciones para películas. Su primera sinfonia Einsten on the Beach es una obra cargada de frases musicales repetitivas, atonales y minimalistas, por lo que siempre se le ha relacionado con este tipo de música.
Su ópera Akhnaten todavía me deja absorto y sobrecogido después de años de escucharla repetidamente, por sus diálogos grandilocuentes que traducen al Occidente las ambiciones místico-religiosas del faraón. Es una ópera que deja ver cómo se abren las puertas de la ciudad celeste, que retumba con sus percusiones en lo más hondo del escucha, y que no puede dejarlo sin inquietudes.
Sus trabajos para el cine son numerosos y premiados. Los más conocidos y más premiados han sido por películas como Las horas (Stephen Daldry, 2002), Kundun (Scorsese, 1997), Escándalo (Richard Eyre, 2006), pero también es conocido por la música de los tres documentales experimentales Koyaanisqatsi (1982), Powaqqatsi (1988), Naqoyqatsi (2002).
También compuso la música para películas como Mishima, una vida en cuatro capítulos (Paul Schrader, 1985) y Leviatan (Zvyangintsev, 2014). Por lo que se puede observar que Phillip Glass trabaja continuamente y sin descanso pues tiene dos o más créditos por año, sin dejar de grabar discos y sin dejar de acudir a cualquier punto del mundo con tal de aprender otros estilos de música. Cuenta con más de 120 composiciones para cine y ha sido incluido en más de 60 soundtracks.
GORAN BREGOVICK
Goran Bregovick es un músico de identificación regional y tradicional de los Balcanes. Su música tiene elementos de la música nacional de Bosnia, Bulgaria, Croacia, Grecia, Rumanía. Sus más conocidos trabajos son para las películas de Emir Kustirica (Serbia, 1954) con el que trabajó en tres de sus cintas Time of Gypses (1988), Arizona Dream (1993) y Underground (1995).
El mismo Kusturica es músico además de cineasta, y recientemente estuvo en la Ciudad de México para ofrecer un concierto. A decir verdad, no sé si mi gusto por Bregovick se debe a las películas de Kusturica o al revés, los descubrí al mismo tiempo, pero cada uno tiene sus trabajos por separado y me apasionan por igual.
Su orquesta, la Weddings and Funeral Orchestra, se compone por más de 40 músicos de muchos países, tuvo una ópera llamada Karmen with a happy end que se presentó en varios países. Sus álbums son verdaderamente buenos, su disco Welcome to Goran Bregovick (2009) y las canciones Kalasnjikov, Mesecina o Ederlezi podrían ser los nuevos himnos nacionales de su país.
Bregovick ha trabajado con muchos otros directores de cine y con otros músicos como Iggy Pop y Cesária Évora, pero siempre es claramente identificable, su estilo es inolvidable. Entre otros de sus trabajos son la música para películas como Kika (Almodóvar, 1993), El tren de la vida (Mihăileanu, 1998), Días de abandono (Faenza, 2005), Mustafa (Dündar, 2008).
JOHAN JOHANSSON
Johan Johansson es un músico que hizo un excelente trabajo para Sicario (Denis Villenueve, 2015). Su carrera es corta, es el más joven de los presentados en este artículo, y sin embargo, impresiona la manera en que su música hizo de Sicario una de las mejores películas del año, de forma que Ciudad Juárez fuera recibida verdaderamente como “la bestia”.
Con Villeneuve también trabajó en Prisoners (2013), Arrival (2016) y se espera con ansiedad su próxima colaboración en Blade Runner 2049, que saldrá en 2017, con la que será la cuarta vez que trabajen juntos.
Recientemente se lanzó su disco Orphée (2016) -Phillip Glass también tiene una ópera del mismo nombre de 1991- y deja muy buena impresión, es un disco de "música clásica" pero otra vez, y como Górecki, escapa a los cánones. Johansson también trabajó en La teoría del todo (James Marsh, 2014), McCanick (Josh C. Waller, 2013) y en Mistery (Lou Ye, 2012).
Hay muchos otros músicos de los que podemos hablar. Tanto Górecki como Glass han sido emparentados con exponentes de la música minimalista, posclásica, influienciados por Arvo Pärt o Michael Nyman, que son excelentes músicos que también han trabajado para muchas películas y que son las mismas influencias de Johansson.
Fuera de lo "clásico" y que junto con Bregovick podríamos mencionar como músicos que retoman otros estilos de música en el cine, están el guitarrista de Radiohead, Johnny Greenwood, Alberto Iglesias o Gustavo Santaolalla, que han hecho muy buenos trabajos, sin embargo, hemos querido dejar una muestra de lo que nos parece que tiene una manera de influenciar más potentemente las escenas y el sentido de las películas para las que componen.
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