La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff (d), habla junto al expresidente Luiz Ignacio Lula da Silva durante un discurso luego. Ni Rousseff ni Lula da Silva estarán en la inauguración
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones por un juicio de destitución, así como su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, han declinado la invitación a participar en la apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
El anuncio lo han hecho las oficinas de prensa de ambos, que dejan "huérfana" la inauguración de los Juegos, al menos según una interpretación de Rousseff en torno a la "maternidad" y "paternidad" de la gran cita.
"Me siento madre de estos Juegos", declaró Rousseff en una reciente entrevista, en la que apuntó que Lula, su padrino político y promotor de la candidatura de Río, "es el padre" del torneo olímpico.
Ambos fueron invitados por el Comité Olímpico Internacional (COI) a participar en la apertura del evento el 5 de agosto en el estadio Maracaná, a la que el presidente interino, Michel Temer, acudirá en representación del Gobierno brasileño.
Rousseff dijo en una entrevista que la celebración de los Juegos Olímpicos de Río "fue fruto del gran trabajo" de Lula y en que "todos los preparativos" estuvieron a cargo de su Gobierno.
Rousseff ratificó esa posición ayer, en un mensaje transmitido a través de las redes sociales. "Participé desde el inicio para traer los Juegos Olímpicos a Brasil. No voy a participar como espectadora de un acto del cual fui protagonista", dijo.