Nibali logró el triunfo tras estar el viernes a 5 minutos del líder.
Pedaleando con una bicicleta rosada, el ídolo local Vincenzo Nibali conquistó ayer su segundo Giro de Italia y el cuarto título de las tres grandes vuelta del ciclismo.
Las posibilidades de que Nibali repetiría su triunfo de la edición de 2013 eran casi nulas el pasado viernes, al iniciar la etapa de ese día a cinco minutos del líder general Steven Kruijswijk.
Pero la ronda italiano dio un vuelco dramático en sus últimos días, en los que el corredor de Astana se apoderó de la punta cuando su rival holandés se estrelló en un banco de nieve durante un peligroso descenso.
Luego, el sábado, Nibali exhibió su fuerza en un ascenso cerca de la meta en la penúltima etapa y le arrebató la maglia rosa de líder al colombiano Esteban Chaves.
En una jornada lluviosa, Nibali se limitó a ser precavido para cumplir el deber de cruzar la meta sin percances.
"Ha sido un Giro muy arduo, pero tengo una gran felicidad ahora mismo", declaró Nibali, ganador del Tour de Francia en 2014 y la Vuelta a España en 2010. "He disfrutado todo el apoyo de la gente. Me han dejado sin palabras".
"La jornada más difícil fue la de la contrarreloj. No salió como lo planifiqué, sin buenas sensaciones. Me sentía mal, con un malestar estomacal y decaí. Pero me sentí mejor durante la última semana y aquí estoy en lo más alto del podio. Es increíble poder estar aquí junto a toda mi familia".
Nibali completó el Giro con un tiempo acumulado de 86 horas, 32 minutos y 49 segundos, 52 segundos por delante de su escolta Chaves.
"Estos últimos días han sido los mejores de mi vida", dijo el colombiano. "Este es sólo el comienzo".
Alejandro Valverde quedó tercero, a 1.17 de Nibali. Kruijswijk terminó con retraso que superó los 2 minutos.