Hoy se cumplen 5 años de un hecho lamentable; el día que el mundo volteó su mirada hacia la prolífica Laguna por un partido de futbol interrumpido debido al atronador sonido de las balas.
El 20 de agosto de 2011 marca "un antes y un después", según Marco Zamarripa, director del Consejo Cívico de Instituciones Laguna; "no debemos olvidar estos hechos", dice.
Corría el minuto 40 del primer tiempo cuando Federico Vilar dejó su portería para atravesar el campo de extremo a extremo. Al igual que él, uniformes albiverdes y visitantes se confundían en busca del túnel de salida.
En las tribunas, miles de personas intentaban resguardarse entre los respaldos de las butacas. Reinaba el caos en el corazón del desierto lagunero.
La transmisión televisiva era cosa aparte. "¿Qué está pasando?", preguntaba el narrador. Una cámara cae y solo se escuchan ráfagas producidas por armas de fuego.
Incertidumbre. Miedo. Zozobra. ¿Cómo describir lo que pasó hace cinco años en el recinto sagrado de quien profesa la religión del futbol?
"Nosotros no nos damos cuenta. Y digo nosotros como aficionados. Estábamos al interior de la barra La Komún y no escuchamos la balacera", recuerda Alfredo Morales Pérez, sociólogo e investigador sobre la violencia en los estadios.
"Cuando se callan los bombos, empezamos a dar un barrido visual y es que hay detonaciones, y todo mundo a tirarnos al piso. Ese detalle empieza a generarnos temor, nos empieza a generar una serie de conductas que nos hace pensar: ¿Es una balacera, vinieron por alguien? Pero tampoco piensas con esa frialdad, te agachas y empiezas así a pensar más que en cuidarte, que no te toque un balazo", relata Morales.
"Esa es una de las versiones, que dentro de la sicosis esa versión también tenemos que estaban adentro del inmueble, pero no hay evidencias que ellos estuvieran adentro, lo que sí pudimos enterarnos es que esos balazos se escucharon al exterior del estadio".
Las redes de telefonía se saturaron. De por sí, en el estadio no hay buena señal. Pero ese día en particular, tanto de adentro del inmueble como de afuera, todos querían saber qué pasaba. Cómo estaban sus familiares que habían ido a disfrutar de un evento deportivo y familiar.
"Mi hermana, mi hermano y mi novia estaban en el estadio. Los tres fueron por separado. Yo no pude ir ese día por cuestiones de trabajo, pero seguía el partido por televisión y en cuanto vi que se suspendió intenté marcarles; fue imposible. Ni los mensajes de texto llegaban", cuenta Jaime.
En el interior del inmueble que no tenía ni dos años de haber sido inaugurado, se vivía un drama distinto.
"Mi marido había ido al baño antes de que terminara el primer tiempo. Se llevó a mi hijo con él. En cuanto sonaron los balazos y toda la gente se tiró al piso, quise ir a correr a buscarlos, pero la gente en el suelo no me dejaba pasar. Luego un muchacho me tiró a mí también, fue muy angustiante. Los disparos se escuchaban justo detrás de nosotros", cuenta Magdalena, quien no tenía mucho de haber llegado a La Laguna huyendo de la inseguridad que se vive en las ciudades fronterizas del país.
‘LA GENTE ACTUÓ CON CIVILIDAD’
El teniente Adelaido Flores, director de Seguridad Pública Municipal desde esos años en Torreón, tiene su propio relato.
"En esa época se vivió una situación difícil en esta Comarca Lagunera, hay una agresión directa sobre las unidades que estaban estacionadas alrededor y que hacían el servicio, estamos hablando aproximadamente de 500 a mil metros. Es en el exterior del estadio, el tipo de armamento que se utiliza es de alto alcance y por eso que algunas ojivas logran llegar a inmediaciones del estadio.
"¿Qué vimos ese día? Vimos que la ciudadanía respondió con civilidad, que reaccionó adecuadamente, que no hubo pánico de más, sino que se resguardaron y que después volvió la calma y volvió a la tranquilidad lo que era, entre comillas, porque sí hay gente que sufrió de más".
Adelaido Flores sigue: "Nosotros logramos en ese momento, descender de la parte desde donde antes se supervisaba el encuentro, vimos también que se le dio alcance a las unidades con la cual se hizo la agresión, y nada más se encontró en ese momento armamento y pues vestigio de que habían sido. Surgió de rápido el apoyo de las demás corporaciones que, en este caso, en ese momento era Policía Municipal y Ejército en su mayoría, y volvió a establecerse la calma nuevamente".
A su vez, Marco Zamarripa dimensiona el suceso de algo de lo que no había antecedentes en la región.
"Un hecho lamentable que nos puso en el foco no solo a nivel nacional, sino a nivel internacional, de la violencia que sufríamos en la Comarca Lagunera, no olvidemos también los hechos de un año anterior, en donde las autoridades de alguna forma estaban sobrepasadas, minimizando muchos de estos hechos que sufríamos los ciudadanos. Básicamente este evento puso en entre dicho el posicionar a Torreón como una de las ciudades más violentas, no del país, sino del mundo".
Y Morales también refiere al tema.
"Uno ha leído en algunas fuentes acontecimientos de esta magnitud pero no en su propia localidad, he leído sobre lo que pasó en CU, una multitud avasalla, irrumpe y hay heridos,. Hay toda una serie de cuestionamientos hacia el interior de ese inmueble, pero nunca me imaginé que pudiera darse en el estadio de futbol de Santos Laguna y pues sí empieza a llamarnos la atención de como la violencia afecta al mundo del deporte".
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Según los especialistas, y los que recuerdan aquella jornada de terror, cinco años después La Laguna ha cambiado.
"Lamentablemente nos acostumbramos a vivir entre la violencia, cosa que no debemos de hacer. No nos debemos habituar a tener fenómenos que forman parte de nuestra atmósfera, fenómenos de carácter violento. Pero también aprendimos a hacerle frente a la violencia a través de diferentes mecanismos, ya hay algunas instituciones que se encargan de promover acciones por la paz, intervenciones que tienen que ver con la seguridad y la tranquilidad ciudadana", reflexiona.
Zamarripa coincide en un punto. Y el teniente Adelaido también. Hoy la percepción es diferente.
"Sin duda se ha avanzado mucho, no solo en la disminución de la incidencia delictiva, sino en una mejora de la percepción; lo vemos hoy en las calles, en la vida nocturna, eso es importante también señalarlo, pero no debemos olvidar lo que nos pasó, precisamente para no repetir. Hoy creo que el reto está precisamente en evitar que regrese la violencia que años atrás nos tenía enclaustrados", analiza el primero.
El jefe policiaco da también su mensaje: "no bajar la guardia, pero equivale en este caso a llegar más a la comunidad y decirles y expresarles de donde nace esta situación y como es que se va madurando más conforme va creciendo en este caso el agresor".
Incluso el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, se ha expresado al respecto. "La confianza se gana todos los días, poco a poco, lo más importante es primero mejorar los números y luego que la gente se sienta segura estando en la calle. Cuando ves el estadio lleno otra vez, cuando ves que en un día en un día coincide un concierto, un juego de beisbol y un juego de futbol y en todas partes hay público, creo que se va dejando aquel momento terrible, escenas que jamás se nos van a olvidar y que no se nos deben de olvidar, porque también demuestran que hemos avanzado y que también deben de quedar como constancia para no regresar a aquellos tiempos".
La afición no abandonó a su equipo. El partido entre Santos y Morelia terminó más de un mes después de haber iniciado en el mismo escenario. El resultado, más allá de la derrota para el equipo de casa, fue la concientización de una comunidad ante una situación de riesgo.
"Todavía me acuerdo y se me 'enchina' la piel; no es algo por lo que quisiera volver a pasar. No queremos dejar de hacer nuestras vidas por cuestiones de inseguridad", sostiene Magdalena.
(Con información de Iván Corpus)
— Rubén Moreira, gobernador de Coahila
— Alfredo Morales Pérez, sociólogo e investigador
En las tribunas, miles de personas intentaban resguardarse entre los respaldos de las butacas. Reinaba el caos en el corazón del desierto lagunero. (EL SIGLO DE TORREÓN)
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