No pases el invierno almacenando
En la medida en la que disminuye la temperatura, aumentan nuestros deseos por permanecer recostados debajo de cobijas, lo que también es una predisposición para matar el tiempo comiendo y sin nada de actividad física.
En estas fechas, es común que aumentemos la cantidad de alimentos altamente calóricos, por varias razones. Según investigaciones de Ira Ockene, un cardiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, y de Marcia Pelchat del Monell Chemical Senses de Filadelfia, a pesar de que nos desenvolvemos en ambientes controlados, nuestros cerebros aún guardan algunos rastros de programación del instinto primitivo.
Hay personas que sienten una necesidad natural de aumentar y almacenar calorías para “sobrevivir” el invierno, sobre todo aquellas que viven en regiones polares. Sin embargo, este hecho puede tener repercusiones en cualquier individuo enfrentándose a temperaturas extremas.
Esto no sólo puede traer consecuencias a tu figura, al ganar peso y tallas extras, sino que también es un detonante para adquirir malestares y afectaciones a la salud, debido a la alta ingesta de calorías y de sustancias que el cuerpo no requiere pero nos resulta muy placentero comer como son las grasas , el azúcar, el alcohol y los carbohidratos.
El impacto en tu vida diaria
Son diversos los alimentos que incrementamos durante la época invernal y las calorías sin duda aumentan considerablemente. Con ellos, terminamos consumiendo hasta el triple de la ingesta calórica diaria recomendada de manera personal y normal.
Esto, como se comentaba con anterioridad, no sólo trae como consecuencia algunos estragos en la figura, son consideraciones importantes para mantenerse saludable.
Los efectos negativos sobre la salud más destacados son los problemas cardiovasculares como hipertensión e insuficiencia cardiaca.
De igual forma, se es propenso a padecer enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, además de que se genera un incremento considerable en los niveles de colesterol o triglicéridos, que pueden desencadenar en un problema de hígado graso.
¿Dónde está el error?
Para no correr riesgos de salud durante la estación, pueden tomarse algunas medidas tales como procurar que prevalezcan los buenos hábitos alimenticios al igual que realizar alguna actividad física, ligera o moderada.
Esto debido a que ninguna comida nos hace daño, el daño es provocado por la falta de moderación en las cantidades del alimento.
Las porciones juegan un papel muy importante y de acuerdo a la ración de un alimento, son las calorías y el contenido que se consume; por eso resulta primordial identificar su aporte, para saber elegir la porción adecuada.
Lo que te lleves a la boca y la cantidad de esto es fundamental para sentirte bien, como dijo Hipócrates, “Qué tu alimento sea la medicina y tu medicina sea tu alimento”.
Las claves del balance
1. Realiza 5 comidas al día, esto nos ayudará a evitar atracones permitiendo llegar a la siguiente toma de alimento con menos hambre.
2. Agrega a tu dieta verduras y frutas frescas de temporada, el gran aporte nutricional que se obtiene a través de su ingesta, fortalece el sistema inmunológico.
3. Consume lácteos bajos en grasa o deslactosados.
4. Remplaza las harinas blancas por integrales o maíz.
5. Modera las grasas, elige insaturadas, estas contribuyen al mantenimiento de niveles normales de colesterol sanguíneo ya su vez evita el sobrepeso.
6. Consume alimentos de origen animal.
Entra en calor
El frío es una de las principales razones para ingerir alimentos con más calorías y carbohidratos, pero existen ciertos platillos que además de ser saludables te pueden ayudar a hacerle frente a las bajas temperaturas. Si quieres lograr un menú caliente y rico en nutrientes, no dudes en agregar los siguientes alimentos:
Caldos: El platillo por excelencia durante la época invernal. Los caldos no sólo te ayudarán a mantener tu temperatura corporal, también te aportarán los nutrientes esenciales para mantenerte a salvo de la gripe.
Infusiones: Es otra de las mejores opciones para ayudar a tu organismo a entrar en calor, además de que de aportan una gran cantidad de antioxidantes, favorecen la digestión y ayudan a depurar el organismo.
Alimentos energéticos: Este tipo de alimentos ayudan a tu organismo a combatir el frio debido a sus hidratos de carbono. Para mantenerlos a raya recuerda que la clave se encuentra en la cantidad, y los más recomendables son las legumbres y el arroz.
Fuentes: Nutrióloga Helem López, enforma.salud180.com, www.consumer.es