No rebotes y mantén tu peso

Dietas y productos milagro aseguran ayudarte a bajar de peso en un tiempo increíblemente corto y “sin rebote”, el perpetuo temor de las personas que comienzan a ver resultados en su cuerpo, no obstante el rebote es producido por los cambios bruscos de alimentación, y el mal diseño y seguimiento de las dietas, a tal punto de ser evidentemente predecible.

El rebote es el efecto adverso de las dietas para adelgazar, al finalizar el periodo del régimen de adelgazamiento, los kilos y la grasa eliminada son recuperados con rapidez incluso llegando a superar la cantidad que se perdió. La nutrióloga Susana Márquez Ávila nos explica los diferentes aspectos que envuelven al efecto rebote.

El porqué

Cuando tú sigues un plan de alimentación no se presenta un rebote, este efecto se produce cuando te sometes a una dieta que terminó en algún momento, porque no adquiriste hábitos; existen infinidad de dietas con las cuales se pretende bajar de peso a la brevedad, las personas buscan bajar tallas para un evento a corto plazo, ven resultados, dejan la dieta y vuelven a sus antiguos hábitos.

“Con frecuencia las dietas marcan: dejar los refrescos, la cerveza y muchos otros alimentos, al término del periodo de dieta vuelven a consumir todo lo que dejaron, y las personas vuelven a acumular grasa lo cual hace inevitable el rebote”, señala la nutrióloga.

Los planes de alimentación son personalizados y se le trata de inculcar al paciente que no es sólo mientras bajan de peso o alcanzan sus objetivos, sino que se les enseña a comer de manera que ellos sepan que consumir y en qué cantidades, con esto se logra que cuando flaqueen y quieran recaer en los viejos hábitos ya no pueden hacerlo porque su metabolismo y su organismo ya se acostumbró a comer de forma saludable, los planes alimenticios no tienen rebote.

La nutrióloga nos explica que un plan alimenticio empieza a corto plazo, comenzando con una desintoxicación, en ese seguimiento dentro de los primeros 15 días normalmente las personas pierden entre 4 y 5 kilos, cuando se logra bajar lo deseado y estar en el peso ideal, el plan se modifica para estabilizarlos (que ya no suban ni bajen de peso) y es aquí cuando las personas aprender a comer de manera correcta.

¿Cómo evitar el rebote?

Al seguir una dieta es muy común la prohibición de algunos alimentos “no debes comer esto o aquello” lo cual lejos de formar una sana alimentación fomenta el rebote, se debe trabajar con los pacientes sin prohibiciones, manejando las cantidades apropiadas para cada persona, las dietas donde se consume escaso alimento al día son totalmente propensas al rebote. Los planes alimenticios no se deben abandonar y es necesario adquirir hábitos que contribuyan a la salud.

La nutrióloga señala que son más propensos al rebote son las personas que en su niñez tuvieron algún tipo de obesidad, personas que siguen un plan de alimentación muy estricto o dietas de menos de mil calorías, también aquellas que hicieron ejercicio y luego dejaron de hacerlo.

Al sufrir el rebote no sólo nos sentimos frustrados sino que también tenemos otras consecuencias desde las estrías que aparecen cuando bajas y subes de peso bruscamente, hasta un desbalance en tu cuerpo lo cual te puede generar diabetes, hipertensión e incluso infartos.

Según la experta es necesario prestar atención a los planes alimenticios y dietas, y reconocer que cada persona cuenta con un organismo diferente, lo que indica que si alguien te recomendó una dieta que a él le funcionó no significa que en ti actuará de la misma manera.

Dormir poco tiende a provocar sobrepeso

Las personas que duermen menos de ocho horas diarias tienden a desarrollar sobrepeso, señalaron investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) al examinar la relación entre el Índice de Masa Corporal y las horas de sueño de quienes tienen horarios laborales mixtos. Los psicólogos Gerardo Leija Alva y Víctor Aguilera Sosa, del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, Unidad Santo Tomás, expusieron que en el estudio participaron enfermeras, policías y médicos.

“Aunque fueron sometidos a un estricto control en su alimentación y en la actividad física que realizaban, se registró que aumentaron su masa corporal 30 por ciento durante el año que duró la investigación”.

En un comunicado, explicaron que la falta de sueño provocó que la hormona leptina disminuyera e incrementara la grelina, también aumentó el apetito con tendencia a ingerir alimentos dulces y con un alto contenido de carbohidratos.

“Si al aumento del apetito provocado por la falta de descanso y al deseo de comer, le sumamos el sedentarismo, el resultado es el sobrepeso. Esto demostró el importante papel del descanso en el equilibrio del peso corporal”, indicó Aguilera Sosa.

Los investigadores indicaron que quienes viven en zonas urbanas duermen en promedio cinco o seis horas diarias. En contraste, quienes habitan en el campo tienen dos horas más de sueño. El resultado es que un mayor porcentaje de la población de las ciudades presenta obesidad.

La privación del sueño está relacionada con diferentes cambios desfavorables de la actividad metabólica, entre los que destacaron el aumento en los niveles de cortisol en la sangre, que es la hormona implicada en la respuesta al estrés.

Además, el sistema inmune se ve afectado, disminuye la capacidad del organismo de procesar glucosa y el control del apetito se altera.

"Un plan de alimentación es un balance personalizado de acuerdo a tu edad, peso, estatura, sexo, actividad física, ocupación, etcétera. Éste se modifica según los objetivos y el estado físico de las personas y sus resultados. Pretende educar y formar hábitos alimenticios saludables”.

Susana Márquez Ávila,

nutrióloga