El Papa dijo a los jóvenes que tiene la certeza de que ellos son la riqueza de México. (TWITTER)
El papa Francisco llegó esta tarde al Estadio José María Morelos y Pavón en Morelia, capital del estado de Michoacán, para un encuentro con jóvenes en el marco de su visita a México.
A bordo de uno de los papamóviles usados durante su viaje, el pontífice llegó al estadio procedente de la Catedral Metropolitana, donde tuvo un encuentro con niños, elegidos por ser los mejores en sus colegios o por haber cumplido sus labores de catequesis en las iglesias.
En el estadio, al que llegó poco después de las 15:50 hora local (21:50 GMT), lo aguardan unas 40,000 personas dentro del inmueble y otras 50,000 lo observarán desde las pantallas que serán desplegadas en el estacionamiento del mismo.
Tras escuchar las expresiones de emoción de los asistentes, Francisco ocupó el lugar desde el que se dirigirá hacia ellos y disfrutó de una muestra de danzas tradicionales de la entidad.
GESTO DE HUMILDAD
Luego de haber entrado al recinto, los asistentes le arrojaron una playera de la selección argentina y un solideo blanco, que no dudó en colocarse y guardar el que traía.
También, un grupo de mujeres con trajes típicos de Michoacán y un joven subieron al escenario y en nombre de todos los asistentes le entregaron al Papa Francisco un juguete en forma de carabela, una pequeña cruz y un ramo de flores.
TESTIMONIO DE JÓVENES
Después, el Papa procedió a escuchar el mensaje de cuatro jóvenes mexicanos de distintas partes del país.
"Necesitamos de su palabra", fue una de las peticiones que escuchó el pontífice, a quien también dijeron que "con familias viviendo en amor podemos formar una sociedad misericordiosa".
Los jóvenes "queremos vivir en paz, pero faltan oportunidades y nos atrapa la violencia", denunció otro de los jóvenes, al tiempo que le pidieron orar por México.
"Fortalece nuestra esperanza, no cambies, eres la alegría del Evangelio", expresó otra de las presentes a Francisco, a quien también le agradeció por estar con ellos.
MENSAJE DEL PAPA
Tras los testimonios, Francisco se dispuso a hablar a los jóvenes a quienes primeramente dio su bendición, incluyendo, dijo, a quienes seguían el evento por medios como la televisión o la prensa.

Acto seguido, el Papa agradeció la "calurosa" bienvenida que le dio México cuando llegó al país y dijo que tras escuchar a los jóvenes ha adquirido una certeza: que "uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana, tiene rostro joven".
Pero es necesario transformar esa riqueza en esperanza, advirtió el Papa a los jóvenes, al tiempo de que les alentó señalando que él no cree que todo este perdido.
No obstante, les aclaró que hay amenazas que atentan contra la esperanza, entre las que mencionó la soledad y el inclinarse por factores materiales como el dinero.
Asimismo, les mostró su comprensión al aceptar que puede resultar difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando no hay oportunidades o "cuando se les usa para fines mezquinos, seduciéndolos con promesas que no son reales".
Sin embargo, les motivó a que "nunca dejen de soñar" y aclaró que les llama la "riqueza de México" no por alabarles, sino porque "como ustedes creo en Jesucristo (...) y por eso les digo hoy, Él es quien renueva constantemente la esperanza, es Él quien despierta en mi, en cada uno de nosotros, el encanto de disfrutar, el encanto de soñar, el encanto de trabajar juntos".
El triunfo, dijo luego, "no está en no caer, sino en no permanecer caído". "No se permitan permanecer caídos, nunca", les alentó a los jóvenes.
"No se dejen desvalorizar, no se dejen tratar como mercancía", les suplicó.
Finalmente, Francisco agradeció la oportunidad de convivir con jóvenes mexicanos y les hizo la misma petición que ha venido haciendo en cada uno de sus eventos, que recen por él.