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NORMATIVIDAD AGROPECUARIA

LOS MICROPLÁSTICOS

AGUSTÍN CABRAL MARTELL

Son pequeñas, a veces incluso imperceptibles a simple vista, pero afectan ríos y lagos en amplias zonas de Estados Unidos con consecuencias peligrosas para el medio ambiente: se trata de micropartículas de plástico que, en grandes cantidades, se han acumulado por años en los cuerpos de las aguas de este país.

Se trata de una contaminación de grandes proporciones, pero que muchas veces pasa desapercibida para la gente. Pero de acuerdo a expertos, es una amenaza grave para el medio ambiente, y obviamente para la población, al grado de que el gobierno estadounidense determinó prohibir a partir del 2017 una de las fuentes de esa polución: las micropartículas plásticas presentes en productos de aseo y belleza personal que, en cantidades ingentes van a dar a los drenajes en Estados Unidos y, de allí, a los ríos y lagos del país.

Pero no es la única fuente de esos residuos. Los desechos plásticos de pequeño tamaño que no son contenidos en las plantas de tratamiento de aguas con el tiempo se fragmentan en partículas cada vez más pequeñas que se acumulan y no se eliminan del medio ambiente. Y se van concentrando de modo creciente, sobre todo en las vías de agua cercanas a las ciudades, pero también en el general de los ríos, lagos y mares.

Los microplásticos presentes en productos de aseo y cosméticos, pero generados también de otras fuentes, son un grave contaminante. Por ejemplo, investigaciones científicas han identificado que 29 ríos que fluyen hacia los Grandes Lagos en seis estados están cargados de microplásticos, materiales que afectan la vida acuática e incluso pueden matar a muchas especies o interferir con su reproducción. Es además posible que esos plásticos, que pueden ser altamente tóxicos, lleguen a afectar a los seres humanos y se conviertan en una amenaza a la salud pública.

El problema es grave en Estados Unidos pero se reproduce prácticamente en todo lugar del mundo en el que existe uso de plásticos y aditivos microplásticos en productos de consumo.

La ley que entra en vigor el 1 de julio de 2017, aprobada con apoyo bipartidista el Congreso y promulgada por el presidente Barack Obama, prohíbe a fabricantes incluir partículas de menos de 5 milímetros de tamaño, usadas con fines de exfoliación o limpieza, en productos cosméticos y de aseo personal. A partir del 1 de julio del 2018 ya no podrán comercializarse productos que contengan esas micropartículas (salvo en el caso de que sean medicamentos, que tendrán un año más para ser retirados del mercado).

Por lo pronto, gran cantidad de cremas, jabones y pastas de dientes ya no podrán incluir esas partículas, que eran conducidas desde los hogares a través de los drenajes hasta canales, ríos, lagos y mares, donde se han acumulado.

Eso cortará una de las fuentes de microplásticos contaminantes, pero el problema es que esa contaminación persistirá (proveniente, de textiles, lavadoras y hasta productos de pesca) y que la acumulación de microplásticos ya existente es imposible de eliminar. Si se reunieran en un sitio todos las micropartículas de plástico que en un solo día son desechadas y acaban en los ríos estadounidenses ocuparían el equivalente a 300 canchas de tenis.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos reveló que partículas de microplásticos han sido halladas en el 12% de los peces de agua dulce, que cada ostión cultivado comercialmente contiene 50 de esas partículas y que hay una micropartícula plástica por cada 8 galones de agua en los ríos tributarios de los Grandes Lagos, un promedio de 1.285 partículas por pie cuadrado de sedimento fluvial. A escala de todos los Grandes Lagos, que son la masa de agua dulce más grande del mundo, cada milla cuadrada del lago contiene ya 122,000 micropartículas plásticas.

La ley que prohíbe en Estados Unidos la inclusión de esas micropartículas en productos de aseo ayudará a reducir un poco la nueva contaminación, pero se trata de una pequeña proporción de toda la masa de plásticos que, reducidos a pequeños fragmentos, llegan a las aguas a escala global.

En realidad, bien podría decirse que estamos inundados de microplásticos, que es poco lo que se puede hacer contra ellos y que las consecuencias reales y potenciales en el medio ambiente y la salud humana de esa contaminación apenas comienzan a ser comprendidas.

Fuente: Jesús del Toro.

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