Conocida como flor de muerto, es una especie de antiguo y extendido uso medicinal en gran parte de México; se recomienda para dolor de estómago, parásitos intestinales, empacho, diarrea, cólicos, afecciones hepáticas, bilis, vómito, indigestión, dolor de muelas, lavados intestinales y para expulsar gases. El tratamiento consiste en el cocimiento de las ramas, con o sin flores, en sahumerio o fritas para aplicar de manera oral o en la parte afectada; otras formas de uso son en baños, untada, en fomentos o inhalada, a veces mezclada con plantas. Se dice que sirve para enfermedades de tipo respiratorio como tos, fiebre, gripe y bronquitis.
Herbácea anual de 50 a 100 cm de altura, muy ramificada. Las hojas presentan nervaduras con bordes dentados y flores circulares amarillas. Habita en climas cálido, semicálido, seco y templado. Crece en huertos y en terrenos de cultivo; está asociada a distintos tipos de selva tropical caducifolia, subcaducifolia, bosques espinosos, mesófilo de montaña, de encino y pino.
Originaria de México y Centroamérica. Se halla en huertos familiares o terrenos de cultivo en San Luis Potosí, Chiapas, Estado de México, Puebla, Sinaloa, Tlaxcala y Veracruz. El cempasúchil ya no se le localiza en forma silvestre por haberse iniciado su domesticación desde épocas prehispánicas. Sin embargo hay especies emparentadas que se les puede observar creciendo asociadas a distintos tipos de selva tropical caducifolia, subcaducifolia, bosques espinoso, mesófilo de montaña, de encino y pino. Es una planta erecta, herbácea, de hasta 1.8 m de alto, muy aromática al estrujarse. En algunas regiones se encuentran formas rellenas asilvestradas. El tallo es estriado, a veces acostillado, glabro o pubescente. Las hojas son opuestas en la parte inferior, alternas en la parte superior; de hasta 20 cm de largo, pinnadas, de 11 a 17 foliolos, lanceolados a linear-lanceolados, de hasta 5 cm de largo y 1.5 cm de ancho, agudos a acuminados, aserrados a subenteros, los inferiores de cada hoja frecuentemente setiformes (en forma de hilos), los superiores reducidos, a veces completamente setiformes; con glándulas redondas abundante. Inflorescencia: Cabezuelas solitarias o agrupadas por varias, sobre pedúnculos de hasta 15 cm de largo, provistos de brácteas pinnadas con segmentos cerdiformes en el ápice. Cabezuela con involucro campanulado, de 13 a 20 mm de alto y 9 a 25 mm de ancho, con 5 a 11 brácteas, glabras y de ápices triangulares, con dos hileras de glándulas. Flores liguladas: 5 a 8, o más frecuentemente numerosas, amarillas a rojas, sus láminas oblanceoladas a obovadas de 1 a 2 cm de largo. Flores del disco: 150 a 250 en las cabezuelas sencillas, en las "dobles" muestra diferentes grados de transformación en lígulas, corolas amarillas a anaranjadas, de 8 a 10 mm de largo. Frutos y semillas: Aquenios lineares de 7 a 10 mm de largo, glabros o hispídulos en los ángulos, vilano de 1 o 2 escamas acuminadas de 6 a 12 mm de largo y 2 o 3 escamas romas de 3 a 6 mm de largo, más o menos unidas entre sí. Raíz: Fibrosa.
El tratamiento consiste en el cocimiento de las ramas, con o sin flores, en sahumerio o fritas para aplicar de manera oral o en la parte afectada; otras formas de uso son en baños, untada, en fomentos o inhalada, a veces mezclada con otras plantas. Por otra parte, desde épocas prehispánicas es una tradición que esta planta de flor amarilla, se utilice como parte de la ofrenda del día de muertos, en los días de festejo los días 31 de octubre, 1º y 2 de noviembre, se llevan flores al panteón y adornan las ofrendas que se ponen en las casas junto con alimentos, pues se tiene la creencia de que su color encendido iluminará el camino de las almas que vienen a visitarnos los primeros días de noviembre. Es usada como símbolo del amanecer. La raíz contiene tiofeno, que tiene un efecto inhibidor sobre los nematodos y aléurodos y de la invasión ciertas malezas. Actúa como repelente de los áfidos y hormigas. Finalmente, Aunque la flor de cempasúchil es nativa de nuestro país, donde hay 32 de las 55 especies conocidas, su producción nacional ha disminuido y el mercado internacional de carotinoides está siendo cubierto por países como China, Perú y la India, que buscan modificar genéticamente estas plantas para obtener mejores pigmentos. Estos son precursores de la vitamina A en el ser humano y en animales, y se les ha asociado con aspectos medicinales en la prevención de enfermedades como el cáncer y males cardiovasculares. En México se realizan estudios para obtener cempasúchil transgénico lo que podría ocasionar su cruza con otras plantas, silvestres o cultivadas, contaminándolas, con efectos impredecibles y potencialmente dañinos.