La moringa es un árbol (el "árbol de la vida", como se le conoce) tiene numerosos nutrientes. Es el más nutritivo de todo el mundo. Siendo originario del Continente Asiático, crece en cualquier parte del planeta y en casi cualquier condición. Es popular en África, Asia y América. Algunos gobiernos como el de Sudáfrica, Venezuela y Cuba invierten grandes esfuerzos por popularizar su cultivo.
Debido a las propiedades de la moringa, es consumida como alimento, tanto de uso corriente como en suplementos. Ayuda en enfermedades como la anemia, el escorbuto, la diabetes, la osteoporosis y para reducir el peso.
La semilla de moringa contiene vitaminas y minerales indispensables en la dieta. Puede consumirse directamente, sin embargo, comer demasiadas podría ser dañino.
Las semillas de moringa purifican el agua, incluso el agua más sucia puede ser purificada por la acción de las semillas de moringa. Así lo demostró un grupo internacional de científicos dirigidos por la Uppsala University que aseguran que la purificación del agua con semillas de moringa es más eficiente que los métodos químicos que se emplean hoy en día.
Las semillas de moringa contienen una proteína que se une a las impurezas del agua separándolas de esta al precipitarse en forma de sólidos. Además, de eliminar las impurezas sólidas, este método también elimina entre el 90 y el 99 por ciento de las bacterias.
El grupo multinacional de científicos ha encontrado que la proteína purificadora se une con mayor fuerza que los químicos tradicionales a las impurezas, por lo que es más eficiente, se necesita sólo una semilla para purificar un vaso de agua muy contaminada.
Para purificar el agua con moringa, se puede realizar el mismo experimento y purificar agua en casa, es verdaderamente sorprendente la rapidez con que la suciedad prácticamente se desvanece del agua y de lo cristalina que se torna.
Por cada litro de agua muy sucia se necesitan 3 semillas maduras o una cantidad menor si el agua no está tan contaminada. Se hace lo siguiente: 1.- Se deja las semillas al sol hasta que estén secas, puede tardar entre 1 y 3 días. 2.- Se desprende la cáscara exterior y se muele la parte blancuzca, se obtendrá un polvo blanco. 3.- Se disuelve el polvo en una cantidad pequeña de agua. 4.- Se agrega el agua con el polvo disuelto al agua sucia y se revuelve. 5.- Hay que esperar entre una y dos horas, hasta que no se observen más partículas de polvo flotando. 5.- En seguida se separa el agua de los restos de semilla unidos a impurezas filtrándola con un trapo o papel para filtrar.
Por lo tanto, las semillas de moringa son coagulantes naturales y tienen la habilidad de unirse con los sedimentos del agua y luego hundirse hacia el fondo, y dejan el agua limpia. En muchas áreas del mundo este es un verdadero milagro: convertir el agua sucia en agua limpia en menos de una hora con muy bajo costo.
Por lo que se refiere a los beneficios para la salud, al igual que las hojas de la planta moringa, las semillas de moringa son ricas en vitaminas A, B y C. Son altas en Zinc, un mineral que ayuda a la correcta regulación de la glucosa en la sangre, beneficiando principalmente a las personas diabéticas.
Por otro lado, su aceite es una variedad mono insaturada, mucho más saludable que el aceite común. Reducen la cantidad de lípidos dañinos en el cuerpo, mejorando, así, la salud del sistema cardiorrespiratorio.
La semilla de moringa posee una proteína capaz de adherirse a muchas moléculas, por lo que consumirla ayuda también a limpiar el organismo, pero esta es la razón por la que consumirla en exceso es peligroso, ya que podría hacer que se pierdan sustancias indispensables. Lo más recomendable es no comer más de 4 semillas enteras al día.
Los granos de semilla de Moringa tienen muchas propiedades que se asemejan mucho a la efedrina, sustancia que se utiliza para el tratamiento del asma.
La moringa relaja los bronquios y disminuye la gravedad de los síntomas del asma mejorando la función de esos órganos.
Se coloca una olla con un litro de agua y se le agrega una cucharada de semillas de moringa; se deja hervir por 10 minutos. Pasado ese tiempo, se retira del fuego y se espera a que entibie.
Se pueden tomar hasta dos tazas al día, una después del desayuno y la otra, después de la cena. Se toma esta infusión por siete días.