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Nos esperan tiempos difíciles

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.- El gobierno de Peña Nieto se ha visto en la necesidad de iniciar el replanteamiento de nuestras relaciones con los Estados Unidos. Su primer paso ha sido la designación del nuevo embajador en Washington, el experimentado diplomático y excónsul en los Ángeles California, Carlos Sada. También nombró al nuevo subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte.

Todos estos movimientos estratégicos se originan con motivo de los encendidos y enloquecidos discursos que el precandidato a la presidencia por el partido Republicano Donald Trump, ha venido pronunciando por toda la Unión Americana.

SOPA.- Las ideas del trastornado candidato si en principio nos pudieron parecer, eso, simples desahogos persona que no gozan de sano juicio, a medida que el tiempo ha pasado sí deberemos tomarlas más en serio.

Pero lo que nosotros vemos mucho más preocupante que los discursos de Trump, es que sus ideas son muy bien recibidas por gran parte población estadounidense y que no las considera descabelladas.

Realmente han sido muy pocas voces las que se han levantado en contra de la agenda política del millonario. Por principio, las diversas etnias que conforman aquel gran país no se han pronunciado de manera colectiva en su contra. Ha habido algunas protestas aisladas y más bien dentro del medio artístico o musical, pero las organizaciones de migrantes no se escuchan por ningún lado. A esto habría que añadir el silencio que han manifestado las organizaciones afroamericanas que representan un formidable y poderoso sector político electoral en aquel país.

PLATO FUERTE.- Las locuras de Trump no tendrían la menor importancia, si no fuera porque para gran parte de la población blanca y protestante de Norteamérica el discurso no les parece disparatado. El silencio de la numerosa población del mide west, del sur profundo y otras etnias que participan debidamente organizadas en la política ha sido indiferente, lo que traducido quiere decir que esa gran parte de esa población electoral no está en contra del discurso de Trump.

La mejor muestra de que no están en su contra, son los votos electorales que ha podido cosechar con su locuaz verborrea. Sus programas racistas y sus ideas sobre una economía cerrada o de volver a Norteamérica su desdorada grandeza sí ha tenido eco y éxito en millones de norteamericanos. De no ser así no hubiera arrollado en las primarias.

De ahí que lo más probable sea el candidato por el Partido Republicano a la presidencia de la república el próximo noviembre. Todavía faltaría que le ganara al candidato del partido Demócrata, pero en política nada está escrito y todo puede suceder.

Por lo pronto México deberá ponerse muy alerta y preparase, en el caso, para vivir tiempos duros y difíciles con un mandatario estadounidense que quiere en lo más profundo de su alma perjudicarnos. Existe sin embargo, la esperanza de que las incongruencias y planteamientos de Trump deberán pasar previamente por el congreso y el senado norteamericano. Sin embargo, el riesgo subsistiría si los republicanos llegasen a dominar ese congreso.

Pienso que este país y los mexicanos todos, debemos irnos preparando para tiempos difíciles, lo que tampoco sería nada nuevo si recordamos nuestros desencuentros en el siglo XIX con el vecinos del norte.

En aquellos años buscaban apoderarse de nuestro territorio y de él se apoderaron en casi dos millones de kilómetros cuadrados. Ahora en el siglo XXI algunos políticos encabezados por el millonario inmobiliario pretenden ahogar nuestra economía cerrando el comercio, expulsando migrantes, bloqueando las remesas de dólares que aquellos mandan a sus familias, pretendiendo desconocer el Tratado de Libre Comercio, evitando las inversiones yanquis en el país o levantando muros (¿por que no levanta Trump ese muro en los viejos linderos de antes de la guerra del 47?, ése sí lo pagaríamos con gusto)

POSTRE.- Sin duda nos esperan tiempos difíciles, pero confiamos en que la razón, sensatez y congruencia ganen en el ánimo de los electores norteamericanos y no postulen a un loco que tendría bajo su control hasta el botón nuclear.

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