Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

(VIGÉSIMA NOVENA PARTE)

No cabe duda que uno de los rasgos sobresalientes y típicos de la adolescencia, como parte de sus impulsos y sus necesidades en esa búsqueda del rompimiento del cordón umbilical para lograr su independencia, es su resistencia a escuchar los consejos y peroratas de los adultos a su alrededor, sobre todo de las madres y los padres, en esa tendencia a rebelarse, a distanciarse y a conformar su propia identidad, ya sea solos consigo mismos, o en el refugio de los muy necesarios grupos de pares que vienen a convertirse en un segundo hogar o una segunda familia adoptiva. En esa forma, los adolescentes buscan integrar sus propios planes, sueños e ideas hasta ponerlos en práctica traducidos en conductas de muy variados estilos, que lo mismo se pueden columpiar de un extremo al otro, a veces lógicas y creativas, razonables y razonadas por un lado, pero en otros casos, también impulsivas, irracionales, extremas y destructivas hasta inclusive llegar al grado de ser fraudulentas, delictivas y aún criminales. La influencia del ambiente cultural en el que nacen y se desarrollan es generalmente contundente y sólido para su formación presente y futura, y así lo vivimos ahora en México, como sucede en el resto del planeta. Gracias a la presencia y al encuentro con diferentes tipos de modelos de identidad que van conociendo y con los que se van relacionando, ya sea personalmente en lazos de acercamiento de mayor o menor amistad e intimidad, como sucede en esos grupos de pares con chicos o chicas de su edad, mayores o menores, con más o menos presencia, pero cuyas huellas en mayor o menor grado se van perfilando quizás hasta inconscientemente en la construcción de sí mismos, de sus propios rasgos, ideas y conductas. Pero el mundo no termina ahí, en el grupo de pares, debemos tomar en cuenta, que gracias a los medios de comunicación, nuestro universo es cada vez más extenso, más elástico, casi ilimitado, y dentro de él, como peces en el agua, pulula una enorme variedad de seres humanos, adolescentes también y adultos de diferentes edades, estilos, perfiles, escenarios y culturas, hombres y mujeres que irremediablemente para bien o para mal funcionan igualmente como modelos de identidad para los adolescentes del presente y para las ideas y conductas que les transmiten. Así tenemos entonces, ídolos meteoritos que surcan los espacios de la fama en un recorrido más corto o más prolongado como astros deportivos, estrellas de la música, el cine o las telenovelas, conductoras o conductores de televisión con o sin chismes, modelos comerciales, juniors consentidos de la elite social, políticos chuecos o derechos al acecho, líderes desempleados y corruptos, capos de la mafia o gobernadores en fuga, personajes semiheroicos que las necesidades amarillistas de nuestra propia cultura adolescente e inmadura, tienden a convertir en héroes del momento a ocho columnas, o de los noticieros de 24 horas o de los reportajes de 60 minutos, tributados y admirados igualmente en Face, en Twitter o en las Apps como manjares gourmet para masticar, deglutir e integrarlos como elementos de nuestra "dieta nacional balanceada", lo mismo nutritivos y benéficos, que tóxicos y malignos, sin importar la indigestión que nos produzcan, los vómitos, la constipación o la diarrea consecuentes, especialmente en los adolescentes, que suelen asimilar todo y aún se encuentran en construcción. Deliberada o inconscientemente, les estamos ofreciendo como modelos de identidad, esta variedad de ejemplares humanos desechables, característicos también de una nación adolescente todavía, que permanece atorada ella misma, bailando en la cuerda floja sin encontrar el equilibrio y sin permitirse evolucionar hacia adelante en ese proceso de integración como adulto. ¿Y entonces, cómo podemos orientar, educar y apoyar adecuadamente a nuestros adolescentes; cómo les podemos ofrecer modelos de identidad más saludables y productivos, instituciones más organizadas, más sólidas, serias y formales, líderes más honestos, maduros, educados y prestigiosos verdaderos modelos que los estimulen en su crecimiento? (Continuará).

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1193136

elsiglo.mx