ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
(TRIGÉSIMA SEXTA PARTE)
De acuerdo a estas teorías psicológicas y psicoanalíticas del proceso del desarrollo humano, ¿cuáles vendrían a ser entonces los retos y las tareas que cada ser humano deberá enfrentar e intentar superar durante ese mencionado período de la adolescencia al proseguir el intrincado y complejo trayecto que le permita reconfirmar su identidad y continuar esculpiendo su propia personalidad? En primer lugar, como ya se ha mencionado anteriormente, cada adolescente deberá aprender a conocer, explorar y familiarizarse con esa vivienda en la que ha nacido, que le es propia, le pertenece y le está destinado habitar para siempre. Me refiero pues a su propio cuerpo, a las características más sobresalientes del mismo, así como a los detalles que aparentan tener menos importancia, pero que a la larga, tales rasgos lo sellan y consolidan en forma específica para conferirle esa autoimagen corporal que servirá como base precisamente de su propia identidad biológica en cuanto a los aspectos físicos, y a la imagen que transmite tanto hacia el exterior, como hacia el interior consigo mismo. Es por eso mi insistencia en columnas anteriores, sobre la importancia de los cambios físicos que ocurren durante la pubertad, así como la influencia que tales cambios determinan en las reacciones favorables o desfavorables de cada individuo, que a su vez le permitirán relacionarse primeramente consigo mismo, pero también con los demás, en el ambiente en el que se mueve, ya sea desde la relación con sus padres, hermanos, abuelos, tíos y demás familiares en su hogar, pero igualmente con los demás individuos del mundo exterior, sean sus pares, amigos, compañeros y semejantes o igualmente con los demás extraños que forman parte del mundo que le rodea y con quienes tendrá que aprender a relacionarse paralelamente. Esa primera gran tarea de aprender a conocer, explorar, organizar y proteger la propia vivienda, es una tarea infinita que no necesariamente empieza o se termina en la adolescencia, sino que se presenta como una tarea formidable que perdura para el resto de nuestras vidas, cuando tenemos que valorar y cuidar de nuestros cuerpos, a la vez que observamos su evolución a través del tiempo, conforme se suceden cambios positivos o negativos, como parte del desgaste y el deterioro natural que acontece conforme avanzan los años y nos acercamos cada vez más hacia el final de la vida. Así pues, tenemos que pensar en la adolescencia no sólo como un período limitado de tiempo de nuestra existencia, o como esa construcción sociocultural que hemos conformado, sino como un eslabón más de ese complejo proceso del desarrollo humano, que evoluciona desde el momento en que fuimos concebidos hasta el día en que llegará nuestra muerte. Esa primera tarea entonces, es infinita, y aunque requiere de los mejores esfuerzos juveniles de cada muchacho y muchacha durante la adolescencia, tales esfuerzos deberán prolongarse en los años posteriores, si es que la comprendemos como una tarea fundamental e indispensable para toda la vida, en la que seguramente podríamos identificarnos o visualizarnos como héroes mitológicos o como personajes clave de ciertos videojuegos, quizás más fáciles de identificar para los adolescentes de nuestros días (Continuará).
