ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC).
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
TRIGÉSIMA NOVENA PARTE
Ese mencionado concepto de "separación-individuación" acuñado en la teoría del desarrollo humano por Margaret Mahler, producto de sus investigaciones en duplas de madres y bebés, sigue siendo sumamente actual, importante y aplicable para los adolescentes en la relación con sus respectivas madres y padres como se mencionó la semana pasada. Dicho tema se convierte entonces en el objetivo focalizado de otra de las tareas básicas que cada adolescente debe llevar a cabo y superar durante esta etapa, lo cual será difícil lograr completamente, especialmente en nuestros días como consecuencia de una gran variedad de factores que retrasan e incluso bloquean tal objetivo, pero al menos le será posible seguir construyendo los cimientos de su identidad y de su personalidad como hombre o como mujer, separado de su madre y de su padre, tarea formidable que habrá de continuarse a lo largo de la vida en los años y etapas posteriores. Sin embargo, semejante tarea no es exclusiva pues de los adolescentes, sino que igualmente representa un reto colosal para los adultos también involucrados como son ambos progenitores, cuya propia identidad es cuestionada y puesta a prueba para cada uno en lo que se refiere a sus respectivos roles y funciones como adultos, como hombre y como mujer, como esposo y como esposa, a la vez que como padre y como madre, en su capacidad para llevar a cabo ese complejo proceso de separación con los hijos, un proceso altamente educativo, que a su vez se convierte en una fundamental experiencia familiar que facilitará el desarrollo y la continuidad de ellos como adultos y padres, así como de los adolescentes como hijos. El tema de la separación-individuación en el adolescente, aparece y se enlaza paralelamente con otro tema igualmente vital que se superpone íntimamente, ligado al anterior en la forma de un conflicto nuclear siempre presente, que radica en la dependencia o independencia que cada sujeto deberá enfrentar y manejar a lo largo de su vida. A pesar de que se está hablando de un territorio específico en el interior y la intimidad emocional de un chico o de una chica que están ocupados construyendo esa identidad y personalidad paralelamente, la realidad es que al ampliar nuestra perspectiva con un gran angular, se descubre que tales temas, conflictos y tareas no resultan específicos para el adolescente exclusivamente, sino que se visualiza entonces un escenario mucho más extenso que finalmente abarca a toda la familia incluídos la madre, el padre, los abuelos, los tíos y las demás generaciones que habiten o no en ese hogar, como partícipes conscientes o inconscientes de los mismos temas y conflictos. Hablar de separación-individuación o de dependencia-independencia, implica la presencia y unión de dos o más individuos, sin que necesariamente importe tanto la edad, el género, la capacidad intelectual o económica, el status o los roles que juegan en la familia o fuera de ella. Es decir, que enfocado desde esa perspectiva más vasta del núcleo familiar, tendremos que admitir que tanto los hijos adolescentes como los progenitores, se encuentran involucrados más o menos intensamente en tales uniones, con vínculos que en cierto momento tendrán que ser reconocidos, analizados, aceptados, comprendidos, balanceados y resueltos desde ambos extremos, para facilitar entonces ese proceso fundamental y complejo de separación-individuación de cada uno de ellos, un proceso que finalmente no termina ahí en ese momento o en esa etapa, sino que permanecerá a lo largo de la vida en las etapas posteriores del ciclo, sin importar el nombre que les demos, porque finalmente tales temas de vincularse y separarse, de depender e independizarse, son temas universales e interminables que vienen a representar el núcleo básico de las relaciones humanas. (Continuará).
