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Nuestra Salud Mental

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

CUADRAGÉSIMA CUARTA PARTE

Independientemente de todas las reacciones conservadoras o liberales que surjan a favor o en contra de la formación de estos nuevos estilos de familias; independientemente también de que se convierta en un tema controversial abanderado por partidos políticos de uno u otro bando y color, o por facciones religiosas que lo utilizan como mercadotecnia con fines de propaganda y lucimiento, o simplemente como cortinas de humo y distractores de esos a los que nos han acostumbrado los medios de comunicación pagados en México, la realidad es que semejantes estilos de familias aprobados o no, legal o religiosamente, forman parte muy actual de nuestro escenario nacional desde hace mucho tiempo, como ha sucedido igualmente en tantos otros países de nuestro planeta, con mayor o menor nivel de desarrollo que el nuestro. Y la pregunta naturalmente tiene que enfocarse entonces hacia esos derroteros más básicos que están representados por aquellas necesidades físicas y emocionales que tiene cada niño al nacer y crecer, tanto durante ese fundamental período de su infancia, pero igualmente al deambular por la etapa de la adolescencia, a la que nos estamos refiriendo en esta columna; etapas del ciclo vital que serán precisamente las que le permitirán llegar a convertirse idealmente en un adulto sano y equilibrado en ambos aspectos, físico y emocional. Al hablar de tales necesidades básicas, nos tenemos qué referir por fuerza al rol y a aquellas funciones fundamentales que deben ser cubiertas por esa mujer que parió y dio vida a la criatura y que al hacerlo se convirtió automáticamente en una madre, así como al hombre, cuyo semen fertilizó a esa mujer para dar vida igualmente a ese bebé, y al hacerlo, también se ha convertido automáticamente en un padre. A pesar de que biológicamente, como seres humanos, mujeres y hombres estamos dotados de esa fascinante y maravillosa capacidad de unirnos en pareja y dar vida y tener hijos, emocionalmente, no todas las mujeres ni todos los hombres adultos, y mucho menos las chicas y chicos adolescentes se encuentran preparados y capacitados para ser madres y padres, para nutrir, cuidar, proteger, guiar, educar y facilitar el bastante complejo camino del desarrollo de los hijos, cuando ellos mismos posiblemente están necesitados todavía de tales satisfactores. Por muchos siglos, la sexualidad ha estado dirigida principalmente a la procreación, como una forma natural, lógica y biológica de evolucionar y prolongar nuestra especie. El popular dicho de "todos los hijos que Dios nos dé", ha ido cambiando progresivamente en las últimas décadas de acuerdo a un sinfín de circunstancias sociales, educativas, económicas, culturales y prácticas, de modo que cada vez más y más, el decidir tener hijos se ha convertido en un proceso menos impulsivo y espontáneo y más consciente, más planeado, más compartido por la pareja al estar ambos de acuerdo, lo que obvia e idealmente puede traer mejores posibilidades para llenar y satisfacer tales necesidades físicas y emocionales de ese hijo o hija a lo largo de su desarrollo, cuando ambos adultos se han comprometido a asumir y aprender sus respectivos roles y funciones como padre y como madre. Con la misma tónica y mercadotecnia de estas celebraciones que se dan a lo largo del año, se celebra ahora el cada día más popular y comercial "día del padre". Pero quizás, el mejor regalo que los hombres nos podemos ofrecer a nosotros mismos como hombres y como padres, tendrá que ver con la reflexión de si realmente estamos preparados y deseamos asumir tal compromiso con ese rol y las funciones que de él se derivan, no sólo para quienes todavía no tienen hijos y lo están cavilando, sino para todos los padres en general, en este México nuestro, UN PAÍS EN DONDE SE SIGUE NECESITANDO URGENTEMENTE LA PRESENCIA FÍSICA Y EMOCIONAL DEL PADRE EN CUALQUIERA DE ESOS MUCHOS ESTILOS DE FAMILIA QUE SE CONSTRUYEN EN EL PRESENTE (continuará).

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