ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
QUINCUAGÉSIMA PRIMERA PARTE
Cada grupo familiar entonces, dependiendo de su conformación, de su nivel sociocultural, de su dinámica propia, del número de miembros que lo conforman, de su pertenencia a diferentes niveles generacionales y socioculturales, del tipo y estilo de interacciones que lo caracterizan en su diario vivir, seguirá un patrón muy sui géneris para llevar a cabo ese proceso de separación necesario y característico para los adolescentes. El aislamiento inicial en que se envuelven algunos de estos chicos para distanciarse de sus padres y encerrarse en sí mismos, representa un síntoma frecuente y una manifestación de tal movimiento, que los llevará paulatinamente a buscar nuevas opciones en su búsqueda de "una familia sustituta" con otros modelos diferentes de autoridad, de madre y de padre, o incluso hasta de hermanos. Las amistades que encuentran en su barrio o en su colonia, en sus primeras exploraciones ambientales, representan en esa primera etapa la nueva familia que están buscando y que puede o no llenar sus necesidades emocionales al principio. Igualmente, los compañeros de la escuela, sea en la primaria o posteriormente en la secundaria y la preparatoria, vienen a facilitar la formación de esos nuevos vínculos que les permitirán encontrar otro tipo de estilos y modelos con quienes pueden investigar y practicar las relaciones humanas desde un punto de vista diferente y en ocasiones, hasta incluso completamente opuesto a lo que han vivido y aprendido en sus respectivos hogares. No cabe duda entonces, que el grupo de pares ya sea en uno u otro ambiente sociocultural se convierte generalmente en esa "segunda familia" que suele ser indispensable para el desarrollo del adolescente como parte básica de su proceso de crecimiento emocional. El grupo de pares tiende a ser generalmente monosexual en las primeras etapas de este ciclo, es decir que los chicos buscan reunirse con los otros chicos exclusivamente, mientras que las chicas buscan a su vez la interacción con las demás chicas como un fenómeno natural que se mantiene por muchos años. En estos grupos, los adolescentes tienden a organizarse bajo sus propios principios y criterios, hasta formar cierto tipo de dinámica variable, que lo mismo puede ser sumamente rígida o bastante flexible y permisiva por otro lado, un nuevo estilo de comunidad en la que deciden definir consciente o inconscientemente los requisitos para su pertenencia y en la que llegan a desarrollar sistemas variados de organización y jerarquía, donde alguno de ellos figura como líder espontáneo o electo, mientras alguien más se coloca como el segundo a bordo y los demás roles y funciones se reparten entre ellos, de acuerdo a sus rasgos personales, lo que a su vez les confieren una cierta identidad dentro de este nuevo estilo de familia. Se trata entonces de un modelo diferente y específico de familia, sin la intervención de los adultos, pero en la que curiosa y naturalmente surgen de forma inconsciente los roles de "padre" o de "madre" que recaen sobre sus líderes, aún si ellos mismos negarán por completo este hecho, puesto que precisamente están buscando la separación del hogar y de las figuras parentales. Este nuevo estilo de comunidad estimula la oportunidad de conocer y aprender nuevos hábitos, nuevas formas de pensar y de actuar, nuevas formas de hablar y de expresarse, nuevos modelos para imitar o desechar y nuevos estilos de interactuar unos con otros, que lo mismo pueden ser benéficos o perjudiciales para el desarrollo, dependiendo del estilo del grupo. El grupo de pares entonces, representa precisamente esa "segunda familia" que tiene el potencial para proveer al adolescente de una nueva oportunidad y de una nueva perspectiva sociocultural de su vida y de sí mismo dentro del proceso general de su desarrollo (continuará).