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NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

QUINCUAGÉSIMA SEGUNDA PARTE

Es así como podemos reconocer la importancia del grupo de pares en el ciclo vital del desarrollo humano, tanto para chicos como para chicas, al tomar en cuenta que la socialización, es definitivamente una necesidad propia del ser humano. Sin embargo, tenemos que aceptar a la vez, que aunque indispensables para el desarrollo, no todos los grupos de pares tienen una influencia benéfica sobre el o la adolescente, lo cual depende naturalmente del tipo de grupo de pares que se trate, de sus raíces, de la conformación de sus miembros, de sus rasgos, de su dinámica, de sus valores, de sus objetivos, así como de las leyes que lo rigen y los principios que los mantienen. Aún desde los niveles primarios escolares, pero especialmente en los de educación media, los jóvenes tienden a formar este tipo de grupos en una amplia variedad de estilos y diseños, que les dan precisamente características más o menos benéficas o más o menos perjudiciales dependiendo de la estructura de cada grupo, sin importar si se trata de escuelas públicas o privadas, del tipo de uniformes que vistan, de las altas colegiaturas que paguen o de las excelentes instalaciones físicas en que se desenvuelvan, factores que no necesariamente garantizan la calidad de los grupos de pares. En un país como el nuestro, donde los índices de criminalidad y delincuencia juvenil se han incrementado notablemente en los últimos años, como consecuencia de los cada vez más altos índices de corrupción, criminalidad y delincuencia por parte de la población adulta, especialmente en las altas esferas políticas y en las administrativas públicas, oficiales y de poder, es muy común entonces que encontremos grupos de pares con este tipo de valores y tendencias equivocadas, como reflejo del ambiente que han respirado en sus propias familias y también como un obvio reflejo del ambiente sociocultural que se propaga cada vez más en nuestra sociedad, justificable en cierta forma por la adquisición de dinero, la escalada de posiciones sociales y políticas, al igual que por un consumismo desenfrenado y casi religioso que afecta a todas las esferas sociales desde muy temprana edad. El grupo de pares como "segunda familia" no será entonces una elección sencilla para el adolescente tanto en su barrio, como en la escuela o en cualquier otro sitio que frecuente. En la mayoría de ocasiones realmente no hay mucha oportunidad de elección para un chico o una chica de esa edad, en que todavía no se razona tan claramente, en que los impulsos brotan a flor de piel, en que la inseguridad lógica de esos años lo hace titubear mucho en sus decisiones y en que las presiones del ambiente más bien son las que determinan el hecho de que el o la adolescente terminen en un grupo finalmente, sin que siquiera hayan tenido oportunidad de decidirlo, pero empujados más bien por el flujo de la marea social que predomine en ese momento que los hace sentirse bien ante los demás en esa nueva búsqueda DE IDENTIDAD Y PERTENENCIA (Continuará).

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