ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
QUINCUAGÉSIMA TERCERA PARTE
¿Cuántos tipos y estilos de grupos de pares específicos para los adolescentes se podrían contar en nuestra sociedad actualmente? Seguramente miles o millones, en un país en donde los adolescentes constituyen todavía un altísimo porcentaje de la población, casi una tercera parte de nuestros casi 129 millones de habitantes, a decir del INEGI; y podríamos predecir que cada grupo es diferente y único en su conformación y en sus características, a pesar de las semejanzas socioculturales que puedan tomar del ambiente en el que se han construido. En cada aula, en cada patio o rincón especial de una escuela, en cada espacio disponible, en cada esquina del barrio, en cada jardincito, en cada plazoleta, en cada garaje, cobertizo o algún cuarto especial de una casa, todos y cada uno de estos sitios pueden convertirse en los espacios ideales y los nidos perfectos para el nacimiento y desarrollo de un grupo de pares, en donde se van conformando esas primeras redes sociales con su propia estructura, con sus reglas y sus fundamentos, sean muy rígidas o permisivas, donde se desarrolla la dinámica de sus interacciones, desde aquellos que han sido los fundadores hasta los novatos que van arribando paulatinamente y ayudan a prolongar la existencia del grupo y la continuidad de su herencia. ¿Cómo valorar y clasificar a cada uno de estos grupos que pueden ser tan diversos y heterogéneos? ¿Cómo; valorar sus cualidades al pensar en ellos como una "segunda familia" y cómo sopesar la influencia que ejercitarán sobre cada uno de estos adolescentes que se identifican como hermanos o miembros al formar parte de tal estructura? Buenos o malos, benéficos o perjudiciales, la realidad que tenemos que aceptar, es que se trata de células sociales básicas, que poseen un enorme poder educativo, que reflejan las nuevas influencias al reforzar las imágenes, las reglas, las virtudes, los vicios y los valores socioculturales en boga en ese específico momento histórico que pertenece a cada sociedad. En esa forma, cada adolescente que ha traído al grupo un bagaje propio heredado y conformado en su propia familia, enfrenta la posibilidad de medir, comprobar, confrontar, experimentar, aceptar, refutar, adquirir o modificar toda esa nueva colección de rasgos, experiencias, modismos, conductas, ideas y perspectivas que forman parte de la nueva identidad grupal y que naturalmente incide asimismo en la propia identidad personal de cada chico, quien a su vez se va remodelando y reconstruyendo al adquirir nuevas y diferentes características de aquellas que portaba originalmente y que le proporcionan un nuevo sentido de pertenencia. Ahí radica entonces la fuerza y la intensidad de la influencia grupal educativa a esa edad: mientras hay chicos y chicas con estructuras psicológicas débiles y vulnerables, como consecuencia de estructuras y ambientes familiares frágiles, desorganizados o incluso enfermizos, hay otros que por el contrario, poseen cimientos psicológicos más fuertes y resistentes, producto de una organización familiar más sólida, estable y saludable. Ambos tipos podrían considerarse como los extremos de una línea que va de un polo al otro en lo que respecta a la formación de estructuras básicas de la personalidad en épocas tempranas del desarrollo, y que naturalmente será puesto a prueba al salir del núcleo familiar y enfrentar los embates del ambiente y de los grupos de pares. Sin embargo, ambos tipos de adolescentes buscan igualmente el resguardo de esa segunda familia como una nueva oportunidad en su proceso de desarrollo emocional. (continuará).
