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NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC).

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

(VIGÉSIMA QUINTA PARTE)

No cabe duda que de alguna manera, las matemáticas controlan nuestras vidas para convertirse entonces en una especie de dictadura que tiende a vigilarnos y guiarnos en sumas, restas, multiplicaciones y divisiones que marcan así nuestras experiencias vitales, día con día, hora tras hora, año tras año en ese rítmico martillar del tiempo que nos estructura y disciplina, aún en el caso de aquellos más rebeldes, o inclusive ahora bajo esa tendencia general a desaparecer los relojes y regir al mundo mediante las nuevas premisas electrónicas resumidas precisamente en la mágica pequeñez de una cajita telefónica celular, convertida ahora en los nuevos y vigilantes guardianes no sólo de los adolescentes, sino de una enorme mayoría de los adultos y de la población mundial. Así pues, el rigor del tiempo nos alcanza en diciembre, nos revuelca, nos confronta y nos empapa con esa luminosidad matemática que al terminar el año, en el último día de este mes, la veneramos, la exaltamos y la celebramos con ese clásico cantar de: uno… dos… tres… cuatro… cinco… seis…, siete… ocho… nueve… diez… once… y el alborozado y estruendoso gran final del DOCE, cuando la última campanada alcanza a atragantarse con el jugoso sabor de la última uva, de la última copa o de la última botella, que marcan la terminación del año, la muerte de esos cabalísticos doce meses sepultados abrumadoramente por trescientos sesenta y cinco días que se quedaron atrás y fácilmente se convirtieron en pasado con el simple arrancar de la última hoja del calendario. Celebramos entonces el final, el pasado que se va quedando atrás junto con los errores cometidos o los brindis exitosos, las oportunidades desperdiciadas o las experiencias enriquecedoras, lo que fue, lo que pudo ser o aquello que no será; eso que quedó pendiente y que seguramente no regresará para solucionarlo, o quizás por el contrario, que la lucidez que nos arrojó permitirá que lo alcancemos nuevamente en el mañana, en una posible segunda o tercera oportunidad para manejarlo en un estilo diferente y más provechoso. Idealmente, siempre permanecerá el aprendizaje, Celebramos acaso el terminar de un año más por el alivio real o ilusorio que nos proporciona el descargarlo en el ayer y enfrentarnos imaginariamente desde una novedosa posición de cero hacia un futuro de diferentes y exóticas opciones, tan solo mediante esa pequeña y fascinante operación matemática que nos permite cambiar el número 31 que pertenecía al viejo mes de diciembre por el aparentemente pequeño pero esperanzador número uno que inaugura el mes de enero, un mes curiosamente dedicado desde la antigüedad al dios Jano, ese dios griego poseedor de las dos caras: la que mira al pasado y la que mira al futuro, la del principio y la del final, la de la juventud y la de la vejez. En esa forma, las matemáticas, los dioses del pasado, los arquetipos y los poderes de nuestra propia mente, nos enfrentan a esa fantástica posibilidad de borrar o limpiar el pasado, incluyendo las culpas, las desilusiones, las tristezas, los enojos, las angustias, las vergüenzas, la impotencia y todas las demás emociones indeseables y difíciles de digerir, para una vez sanados, dar el salto al final de la noche, al nuevo espacio que nos brinda la madrugada e intentar comenzar una vez más, con nuevos bríos, con planes y expectativas entusiastas, con deseos y emociones reforzadas que nos motiven en dirección a los siguientes doce meses y a los otros trescientos sesenta y cinco días que surjan por delante. Podríamos pensar que posiblemente esa misma construcción sociocultural que llamamos adolescencia como etapa del ciclo vital en los chicos y las chicas o como ese modelo mental que seguimos poseyendo los adultos, nos facilite una vez más llevar a cabo ese ritual matemático que profesamos año tras año interminablemente, como parte de nuestra existencia numérica (Continuará).

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