NUESTRO RECOMENDADO PARA LEER

Nadir, el más reciente libro de poemas de Elsa Cross, reúne poemas escritos a lo largo de casi una década y que, sin así proponérselo, tienen algo en común: la muerte de sus seres queridos. "Son poemas que fui escribiendo en estos años, y tienen una ligera correspondencia con algo que yo llamaría la fugacidad, la impermanencia", dijo la autora.

Entrevistada por el Conaculta, Cross, quien ha hecho del viaje tanto físico como espiritual (practica la meditación desde hace muchos años) su divisa poética, señaló que si bien el tema de la muerte ya lo había tocado en los poemarios Moira y Los sueños. Elegías (Conaculta), en aquellos "lo abordé como espectadora" y Nadir "fue en primera persona, por lo mismo es una poesía trágica".

La poeta agregó que otra constante del libro es que los poemas que lo integran fueron escritos en lugares del extranjero, como París, Helsinki, Grecia, Italia e India, pues "salgo del país y me pongo a escribir".

Elsa Cross se refirió a un subtema de algunos poemas de Nadir, en los que se advierte la imposibilidad del lenguaje para expresar completamente la realidad. En la parte 4 de "Derrumbe" (poema que abre el libro) se plantea que "las palabras están huecas como cáscaras, pues a veces no pueden decir lo que uno quiere decir; llegan a parecernos banales frente a sentimientos muy graves".

También, en el poema que cierra el libro, titulado "Coda", en la segunda sección se lee: "Las palabras van al lugar/ donde todo se recompone/ después de la disolución…" Cross destacó que la imagen del poema final "es la disolución pero, al final, no es una aniquilación ni una derrota, un final. En esta imagen las palabras del poeta, que son como su existencia misma, van de una etapa a una nueva etapa, a una reconformación".

Añadió que esta "disolución interior y exterior de las palabra del poema, refleja mi propio proceso personal, pues ante la pérdida de seres cercanos tenemos que recomponer el mundo".