Nuestro recomendado para leer
Atril del melómano, publicado en la colección Ensayos, de la Secretaría Federal de Cultura; se compone de delicados textos publicados en la revista Vuelta (1993-1996), otros vienen de Pauta (1990-1996), de la columna Atril de la sección cultural de El Nacional, de la revista Textual, de la columna Música del suplemento El Semanario Cultural de Novedades y de programas de mano para la Orquesta Sinfónica Nacional.
La variedad resalta en los títulos de los capítulos que dividen estos escritos: Imágenes y viñetas, Temas con variaciones, Notas sobre libros, conciertos y composiciones, Páginas de músico, y por supuesto, Coda.
En una realidad en la que la pausa fue vencida por lo inmediato, en la que el timbrazo o la vibración invaden groseramente el silencio y la concentración, se pierde sin duda tanto sensibilidad como formas artísticas tales como el género epistolar. La sonoridad también llegaba por otros caminos, tan es así que parte de la arqueología musicológica se centra en las cartas que los músicos escribían.
En El buzón sonoro, Luis Ignacio Helguera discurre en torno al valioso vínculo entre lo artístico y lo documental de las cartas como fuente de primera mano sobre la gestación de las grandes obras musicales. Igualmente aportan el entorno biográfico, histórico y vivencial del músico. "¿Qué mejor testimonio del carácter firme y colérico de Beethoven, de la hipersensibilidad y patológica melancolía de Chopin, o del gradual enloquecimiento de Hugo Wolf que sus propias cartas?".
Las anécdotas que recoge Helguera son exquisitas, como la que ocurrió en Varese una noche de primavera en 1913. Habiéndose reunido para orquestar al alimón La Khovanshchina de Mussorgski, Ravel y Stravinsky salieron a una excursión a ese poblado, al caer la noche buscaron refugio en un hotel que solamente tenía una habitación con una cama. Disponible en las librerías de Educal.
En librerías
El atril del melómano, de Luis Ignacio Helguera:
⇒ Bajo la colección Ensayos de la Secretaría Federal de Cultura.